domingo, 16 de julio de 2017

Hijos rebelde

Honre a su hijo rebelde de la misma forma que honraría a cualquier incrédulo. Ellos pueden ir con multitudes con las que usted nunca consideraría hablar o incluso mirar, pero ellos son los amigos de su hijo. Respete eso—incluso si la relación está fundamentada en el pecado. Ellos efectivamente son malos para su hijo. Pero él es malo para ellos también. Nada se solucionará haciendo perfectamente evidente que a usted no le gustan las personas que él frecuenta. Cuando su hijo aparezca en una fiesta familiar con otra novia—una que usted nunca había visto antes y que probablemente no volverá a ver—sea hospitalario. Ella también es una chica rebelde y necesita a Jesús probable que su hija esté rechazando a Cristo a propósito, entonces la forma en que ella pasa su tiempo probablemente lo decepcionará. No obstante, encuentre el valor de sus intereses, si es posible, y motívela. Usted solía ir a la escuela a las representaciones escolares y a verla jugar  cuando ella tenía 10 años; ¿qué puede hacer usted ahora que ella tiene 20 años de edad para demostrarle que todavía le importan sus intereses? Jesús pasó momentos con recolectores de impuestos y prostitutas y él no tenía ninguna relación con ellos. Imite a Cristo siendo esa clase de padre que se pone uno tapones en los oídos    . Motívela y nunca deje de orar para que ella empiece a usar sus dones por la gloria de Jesús en vez de la propia.   Esto no puede ser enfatizado en exceso. Este es todo el asunto. Ninguna estrategia por llegar a su hijo/hija durará mucho si el objetivo primordial no es ayudarles a conocer a Jesús.  No es que ellos vayan a ser buenos niños nuevamente; no es que se vayan a cortar el cabello y comiencen a ducharse; no es que les gustará la música clásica; no es que usted pueda dejar de sentir vergüenza en su estudio semanal de la Biblia; no es que se vayan a volver conservadores nuevamente en la siguiente elección; ni siquiera es que usted pueda dormir tranquilo sabiendo que ellos no van a ir al infierno. La única razón definitiva para que ore por ellos, les dé la bienvenida, implore con ellos, les escriba, coma con ellos o se interese en sus asuntos es que sus ojos se abrirán a Cristo. Y no solamente él es el único punto—él es la única esperanza. Cuando ellos vean las maravillas de Jesús, redefinirán la satisfacción. Él reemplazará la vanidad patética del dinero o la alabanza del hombre o la altura o  con que están arriesgando sus eternidades en estos momentos. Solamente su gracia puede sacarlos de sus peligrosas acciones y unirlos a él con seguridad, cautivos pero satisfechos.   Él hará esto por muchos. Tenga fe y no se rinda. ¡Agradezca a Dios por la tecnología que le permite estar en las vidas de sus hijos con tanta facilidad!  Cuando lea algo en la Biblia que lo motiva y lo ayuda a amar a Jesús más intensamente, escriba esto en dos líneas y envíelas a su hijo. La mejor exhortación para ellos son los ejemplos positivos de la alegría de Cristo en su propia vida. No se fuerce cuando esté escribiendo estas líneas como si cada una tuviera que ser singularmente poderosa. Simplemente déjelas salir una tras otra, y permita que el efecto acumulativo de su satisfacción de Dios se almacene en la bandeja de entrada de su hijo. La palabra de Dios nunca se proclama en vana.. 

No hay comentarios.: