jueves, 15 de marzo de 2018

ha estado orando por años


(Ro 8.32) (Mt 7.7-10; Fil 4.6, 7;. 1 Jn 5.14, 15  ¿Hay circunstancias en las que ha estado orando por años? ¿Ha traído al Padre celestial una y otra vez ciertas situaciones, pero todavía siente como si Él nunca va a intervenir? Dios quiere dar respuesta a sus necesidades. A lo largo de la Biblia, Dios nos invita a presentarle nuestras peticiones). Como nuestro Padre celestial, Él quiere darnos lo que necesitamos, y la mayor prueba de esto es el regalo de su Hijo. El Señor Jesús vino al mundo para satisfacer las necesidades físicas, emocionales y espirituales al enseñar la verdad, sanar a los enfermos, echar fuera demonios, y, finalmente, morir en la cruz para salvarnos. Si Dios no evitó que su propio Hijo muriera a favor nuestro, ¿no nos dará también todas las cosas  El Señor conoce sus necesidades. Aunque debemos hacer conocidas nuestras peticiones delante de Dios (Fil 4.6), el propósito de la oración no es informarle nuestras necesidades. Él es omnisciente y ya sabe lo que estamos enfrentando. La razón para buscar la ayuda del Señor, es que reconozcamos nuestra dependencia de Él. El objetivo debe ser expresarle nuestras preocupaciones y dejarle el modo y el momento de responder, confiando que en su sabiduría hará lo que sea mejor Ya que el conocimiento de Dios llega más allá que el nuestro, Él también sabe de qué necesidades no estamos conscientes. Desde su perspectiva divina, Él mira lo que está en lo profundo de nuestro corazón, así como en cada situación que enfrentamos. Aunque preferimos la ayuda inmediata, Él se enfoca en nuestras necesidades espirituales y eternas. Es por eso que puede parecer que Él no está cumpliendo su promesa, porque puede estar actuando para satisfacer una necesidad aun más importante en nuestra vida. Dios tiene el poder de satisfacer sus necesidades. Nada puede frustrar los planes del Dios Todopoderoso. Él planea la solución a su problema, ordena los hechos, y produce la respuesta en el momento justo. La promesa de Jesús a sus discípulos sigue siendo aún verdadera “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mt 7.7). No importa lo grande que pueda ser el problema, Dios es más grande. Él “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Ef 3.20).


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