miércoles, 17 de abril de 2019

RECETAS DE COCINA


TOSTONES DE PANA RELLENOS DE LONGANIZA DE POLLO
INGREDIENTES
1 lb. de longaniza de pollo
2 onzas de cebolla blanca picada en cubos pequeños
2 onzas de pimiento verde picado en cubos pequeños
2 onzas pimiento rojo picado en cubos pequeños
1 cucharada ajo picado finamente
1 cucharada de recao picado finamente
½ taza de aceite de oliva
2 cucharadas de cilantrillo picado finamente
10 copitas de tostones de panas recién fritos o de plátano verde.
PROCEDIMIENTO
Hornee la longaniza a 350 grados °F por 10 minutos y corte en pedazos pequeños.
Sofría la cebolla, los pimientos y el ajo con el aceite de oliva y agregue la longaniza.
Rellene los tostones de pana o de plátanos con la mezcla de longaniza y vegetales.
Agregue las yerbas aromáticas para decorar.
Sirva caliente en su mejor plato.
Rendimiento: 10 porciones
BACALAO GUISADO
INGREDIENTES
1 paquete (1lb.) de bacalao salado
½ taza de aceite de oliva extra virgen
1 cebolla pequeña, finamente picada
2 frascos de pimientos
1 cda. de ajo picado
2 cdtas. De pimentón
Adobo
Ramitas de perejil fresco (opcional)
PROCEDIMIENTO
Enjuaga el bacalao. Coloca las piezas de bacalao en un recipiente grande y sumérgelas completamente en agua fría. Cubre el recipiente con una envoltura de plástico y llévalo a la nevera. Mantén el bacalao en remojo por 24 a 36 horas, cambiando el agua cada 8 horas.
Pasada las horas, saca el recipiente de la nevera y enjuaga el bacalao utilizando papel toalla. Seca. Corta el bacalao en 4 porciones y retira.
Mientras, calienta el aceite en una cazuela mediana a fuego medio-bajo. Agrega la cebolla, y cocínala hasta quedar suave y translúcida (10 minutos).
Añade los pimientos, el ajo, el pimentón, y cocina aproximadamente por 1 minuto adicional. Introduce la mezcla de pimiento anteriormente cocinada y ½ taza de agua en una batidora y mezcla hasta hacer puré. La mezcla debe quedar sin grumos (aproximadamente 2 minutos).
Regresa la salsa a la cazuela y cocina a fuego medio-alto, hasta que hierva. Reduce la temperatura a fuego medio-bajo y remueve ocasionalmente hasta que la salsa se espese y comience a caramelizarse (alrededor de 10 minutos).
Añade el bacalao que tenías en remojo a la salsa, cocina a fuego lento y cubre con una tapa hasta que el bacalao esté suficientemente caliente, volteando una vez (alrededor de 10 minutos).
Divide uniformemente el bacalao y la salsa sobre el plato de servir. Adorna con perejil, si lo deseas.
PASTA CON CAMARONES AL PIMENTÓN
INGREDIENTES
6 oz de pasta
8 camarones grandes  (4 oz ya pelados)
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de sal
Un poco de aceite de oliva  y pimienta
2 oz de mayonesa
1 diente de ajo picado
1 cucharadita de salsa picante
Jugo de 1/2 limón pequeño
PROCEDIMIENTO
Pon a calentar el horno a 390ºF. En un envase, mezcla el pimentón, el ajo en polvo, la sal y la pimienta. Unta a los camarones pelados un poco de aceite y mójalos en la mezcla de pimentón. Colócalos en una bandeja con papel de hornear y hornéalos durante unos 7 minutos.

Por otro lado, prepara la pasta como de costumbre. Hirviendo agua con sal y cociendo la pasta el tiempo que diga la caja (en este caso, 7 minutos). Mientras tanto, prepara la salsa mezclando todos los ingredientes.
Por último, cuando la pasta esté lista y escurrida, añade la salsa, remueve bien y sírvela con los camarones y un poco de albahaca fresca picada o perejil.
GAZPACHO DE BACALAO
INGREDIENTES
2 lbs. Filete de bacalao, limpio, desalado, cocido y desmenuzado
4 huevos hervidos y picaditos
2 tomates grandes picaditos
¼ taza aceitunas picaditas
1 taza pimiento morrón picadito
2 tazas papas hervidas y picaditas
1 taza cebolla picadita
1 taza aceite de oliva
¼ taza vinagre de vino
1 taza aguacate maduro picadito
PROCEDIMIENTO
En un envase mezcla todos los ingredientes, excepto el aguacate. Sazona al gusto y deja en el refrigerador hasta el momento de servir.
Añade el aguacate al momento de comer.
SIERRA EN ESCABECHE
INGREDIENTES
2 lbs. De pescado sierra (en ruedas y adobados con 2 cdtas. de sal
2 cdas. De ajo
½ taza de harina de trigo
1 taza de aceite de oliva
½ taza de vinagre
1 cebolla blanca (cortada en ruedas)
4 dientes de ajo entero o molido
2 zanahorias rebanadas
2 ajos puerros troceados
1 hoja de laurel
6 granitos de pimienta negra
sal  al gusto
PROCEDIMIENTO
Comienza adobando el pescado. Pásalo por harina de trigo y deja aparte.
Mientras, en una cacerola mediana, echa todos los ingredientes del escabeche y cocina a temperatura mediana por 10 a 12 minutos. Aparta.
En una sartén mediana vierte 2 tazas de aceite y calienta. Añade el pescado y fríe hasta que quede doradito por ambos lados. Repite el procedimiento con los pescados restantes hasta terminar. Coloca los pescados sobre papel absorbente para quitar la grasa sobrante.
En un molde rectangular de cristal, vierte la mitad de la salsa, luego coloca el pescado frito y por último el resto de la salsa.

Deja marinando en el refrigerador al menos 1 hora.
MAJADO DE BATATA
INGREDIENTES
4 tazas de batata hervida y majada
¼ taza de aceite de oliva
1 cdta. De ajo
½ taza de cilantrillo fresco y picadito
Sal al gusto
PROCEDIMIENTO
En una cacerola, echa 1 litro de agua y sal al gusto. Calienta hasta que hierva. Echa las batatas y cocina a temperatura mediana por 20 minutos o hasta que la batata ablande. Elimina el agua y maja las batatas con un majador.
En un envase mediano, echa las batatas y el resto de los ingredientes, y sazona al gusto.
Sirve con carnes, pescados o mariscos.
Orejita: Puedes añadir ¼ leche o crema espesa (heavy cream) si deseas el majado más suave.
LIMONADA CON PIÑA
INGREDIENTES
Jugo de dos limones
Azúcar morena  al gusto (opcional)
1 taza de jugo de limón
1 taza de jugo de piña
4 tazas de agua
PROCEDIMIENTO
Mezcla todos los ingredientes en un envase mediano, ¡y listo! Sirve con mucho hielo..

miércoles, 20 de febrero de 2019

PERMANECIENDO EN LA PALABRA DE CRISTO


(Juan 8: 31, 32) "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 3y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres “Jesús se dirige a los judíos que habían creído en él, y les dice una serie de cosas que son de absoluta aplicación a nosotros. Estos principios son:
1. Permanecer en Su Palabra.
 2. Lo cual nos convierte en Sus discípulos.
 3. Conocer la verdad.
 4. Lo cual nos hace libres.
 Permanecer en Su Palabra
"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra…": Es relativamente fácil creer. Uno puede llegar a creer en Cristo sencillamente porque así ha sido toda su vida, porque quizás creció en un hogar cristiano. Porque ha visto un prodigio. Porque simplemente ha decidido creer. Porque le parece bonito. Creer es relativamente fácil, y no necesariamente compromete a nada. La Palabra enseña que los demonios creen…y tiemblan (Sgto. 2: 19) En el caso de ellos, es porque conocen, ya que antes fueron ángeles de Dios. Creer por sí mismo, implica una aceptación tácita de la verdad por principio, pero el Señor va más lejos, y les enseñaba a aquellos judíos que habían decidido creer en El, que debían PERMANECER en Su Palabra. PERMANECER en la Palabra de Cristo, ya no es un simple creer, sino que implica un compromiso y una acción, que se debe traducir en un modo de vida. ¿Por qué es más difícil PERMANECER?, porque como el mismo sentido de la expresión indica, eso implica un no moverse de la fe a pesar de los vientos huracanados y de las tempestades de la vida. Implica perseverancia y paciencia.
Vemos la parábola de los dos cimientos:

"Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina" (Mateo 7: 24-27)Nadie puede evitar que vengan riadas, lluvias torrenciales y diversos elementos extremos de la naturaleza, pero sí se puede evitar la destrucción que producen estos si se toman las medidas necesarias. Al menos, eso sí funciona en lo espiritual. El Señor nos enseñó que la solución estaba en el cimiento, el cual debía ser de roca. Ahora bien, Cristo es la Roca, y es el fundamento sobre el cual debemos edificar nuestra vida, ministerio, etc. Por otro lado, Cristo es el Verbo de Dios; es decir, la Palabra de Dios. De ahí que si después de creer, PERMANECEMOS en Él, o lo que es lo mismo, en su Palabra, no nos importarán los vientos recios de la vida, ni ninguna otra circunstancia adversa, porque siempre podremos resistir y quedar de pie y enteros. Si PERMANECEMOS en El y en Su Palabra, resistiremos al diablo y a su obra de destrucción, firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se cumplen en nuestros hermanos en todo el mundo (1 Pedro 5: 9)
 Permanecer en Su Palabra, nos convierte en Sus discípulos
" Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”: No es discípulo de Cristo aquel que solamente cree. En cambio, lo es, aquel que cree, y creyendo, permanece en Su Palabra. La condición sin quantum para ser discípulo de Cristo, es el PERMANECER en Su Palabra. El que PERMANECE en Su Palabra, es aquel que ha comprendido, porque le ha sido revelado, que la Palabra de Cristo siempre se cumple, no importan las circunstancias, pero en el tiempo de Dios. Esas circunstancias adversas, pueden ser muy diversas, y casi siempre, tendrán elementos de odio a Cristo y a su obra, por lo tanto, también a los que somos Suyos. Veámoslo:(Juan 15: 18-21) "Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado “La Palabra de Dios dice: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19) Los cristianos sabemos a Quién pertenecemos, por eso debemos perseverar en Su Palabra; y todo ello en un medio hostil, cual es este mundo condenado y perverso. Sabiendo que somos de Dios, no somos de este mundo, aunque vivamos al presente vivamos todavía en él, teniendo en cuenta la promesa que el mismo Jesús nos hizo:
"Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28: 20)
 Conoceréis la verdad “y conoceréis la verdad…”: El hecho de ser discípulos de Cristo, nos faculta para conocer la verdad. Conocer la verdad es conocer a Cristo, puesto que Él es la verdad. El énfasis acerca de la verdad, es debido al hecho de que existe el error, la mentira y el engaño en este mundo. Básicamente, el autor del engaño y la mentira y el error, es satanás. Él es el padre de toda mentira. La verdad nada tiene que ver con la mentira. De hecho, son realidades absolutamente distintas y opuestas. Cristo dijo: "No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí" (Juan 14: 30) Cristo quiere que conozcamos la verdad para que amemos la verdad, y consecuentemente aborrezcamos la mentira y el engaño.
Quiere que conozcamos la verdad para que vivamos en la verdad.
Los que somos discípulos de Cristo conocemos la verdad:
(1 Juan 2: 20, 21) "Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad"
 La verdad nos hace libres" y la verdad os hará libres":
La consecuencia de conocer la verdad, amándola y viviendo en ella, es que nos hace libres… ¿libres de qué? Libres del pecado y de sus consecuencias mortales.
Aquellos judíos que en un principio habían creído en Jesús, al oír esas palabras, desde su orgullo religioso y nacionalista, exclamaron:

"Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: ¿Seréis libres?" (Juan 8: 33)
Y Jesús les respondió algo que ellos no podían ni soñar. El Señor no se estaba refiriendo a una libertad según el sentido en lo natural, sino en lo espiritual:
(Juan 8: 34-36) "Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”: El único que nos puede hacer libres de la verdadera esclavitud, es Cristo, el cual nos hace libres del pecado por la Verdad, es decir, por Él mismo.
Leemos en Romanos 6: 14;
"El pecado no se enseñoreará más de vosotros, porque no vivís bajo la ley sino bajo la gracia “Dios, por Cristo da la gracia para que el pecado no se enseñoree más de nosotros, los que hemos conocido la verdad. Así pues, si permanecemos en la palabra revelada de Cristo, seremos verdaderamente sus discípulos, y esa es la única manera de serlo. Al ser sus discípulos, por permanecer en su Palabra, conoceremos la verdad; o, dicho de otro modo, conoceremos a Cristo. Conociendo a Cristo, seremos libres del pecado y de la condenación e


PECADOS NO CONFESADOS: Este es quizás el más común de los asesinos de la oración.


 El no habría escuchado si yo no hubiera confesado mis pe-cados (Salmo 66: 18, La Biblia al día). Dios es perfecto y no puede tolerar el pecado en nosotros. Como resultados, le resta poder a nuestras oraciones. La buena noticia es que Dios nos perdona cuando confesamos el pecado y este desaparece. Porque perdonare la maldad de ellos, y no me acordare más de su pecado (Jera. 31:34) Dios perdona y en ese momento se restaura nuestra relación y nuestra oración vuelven a cobrar poder. La oración evita que pequemos. El pecado evita que oremos.
 FALTA DE FE: Tiene un impacto increíblemente negativo en la vida de los cristianos. Sin fe la oración carece de poder. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor (Santiago 1:6-7). La falta de fe hace a las personas inestables o de doble ánimo y las incapacitas para escuchar a Dios o recibir sus dones.
 DESOBEDIENCIA: Significa no someterse o sujetarse a los principios divinos, al des-obedecer demostramos la falta de confianza y dependencia en Dios, por tanto, las oraciones hechas bajo esas circunstancias son ineficaces. La obediencia es una condición para disfrutar de los benéficos del Padre. Esa es la condición que debemos cumplir para poder acercarnos a Él en oración. Si vamos a desarrollar una creciente relación con Dios y llegar a ser personas fuertes en la oración, debemos obedecer. La obediencia es el resultado natural de la fe en Dios. Quien ama y confía en Dios... Le obedece. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho... Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. (Juan 15:7,10).
FALTA DE TRANSPARENCIA CON DIOS Y CON OTROS: La transparencia es difícil para muchas personas. Pero la franqueza con otros puede tener un profundo efecto en nuestras vidas. La transparencia con Dios al orar le coloca en la agenda de Él en lugar de suya, y también le da la libertad a otros creyentes para que oren por usted estratégica y específicamente. Existe la gran necesidad de reconocer cuando fallamos y confesarlo pidiendo perdón en humildad. Cuando confesamos nuestros pecados unos a otros lo cual requiere de nosotros una absoluta transparencia, Dios puede sanarnos, limpiarnos y experimentamos una restauración espiritual, física y emocional. Además, nuestra transparencia ayuda a otros, porque les muestra que no están solos en sus dificulta-des. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por los otros, para que seáis sanados (Santiago 5:16).
 FALTA DE PERDÓN: El perdón no es un asunto trivial como la ciencia, el deporte, la riqueza o la fama. Ni tampoco una alternativa de palabras. Se trata de una actitud del corazón y de que el Espíritu Santo nos dé el poder para perdonar. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestros Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas (Marcos 6:14-15). Cuando una persona se niega a perdonar a otra, se daña a sí misma, porque su falta de perdón producirá en ella raíces de amargura y con amargura no se puede entrar en oración y salir con bendición.
MOTIVOS FALSOS: cuando nuestros motivos no son buenos, nuestras oraciones carecen de poder. Por ende, es imprescindible cuando hacemos algo, especialmente los grandes proyectos, examinar porque lo estamos haciendo. Ese proceso expone nuestros motivos. Santiago 4:3, dice: pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Al orar podemos examinar si estamos actuando con orgullo, temor, autosuficiencia, egoísmo, conveniencia, etc., Dios nos lo mostrara siempre que deseemos escuchar. Y si lo deseamos, Él cambiara nuestros motivos.
 LA IDOLATRÍA: Un ídolo puede ser cualquier cosa que se interponga entre Dios y nosotros; por tanto, idolatría no es, solo adorar una imagen, sino más bien, poner cualquier cosa primero que a Dios. Los ídolos vienen de muchas formas como el dinero, la fama, una carrera, los hijos, el placer, etc., pues este es un asunto del corazón. Según Ezequiel 14:3; Dios no permite que un adorador de ídolos, ni siquiera le hable. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?

 INDIFERENCIA HACIA OTROS: Esa es una actitud incorrecta, y es abominada por Dios, pues Él se interesa por todos los hombres, sin importar su raza, clase, credo o nación. El Salmo 33:13 dice: Desde los cielos miró el Señor; vio a todos los hijos de los hombres. Las Escrituras están llenas de versículos que respaldan el anhelo de dios para que haya unidad entre los creyentes, los hermanos cristianos, los cónyuges, los laicos y los pastores, etc. Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también se améis unos a otros (Juan 13:34). A través de la oración a-prendemos a amar a otros. Es imposible que una persona odie y critique a alguien por quien está orando. La oración genera compasión, no competencia.
 INDIFERENCIA HACIA LA SOBERANÍA DE DIOS: Dios es omnipotente, omnisapiente y omnipresente; es decir, que todo lo puede, todo lo sabe y está en toda parte a la vez; por ende, es Soberano... (Salmo 139:1-18) ¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia?  Cuando Jesús mostró a sus discípulos como orar, lo primero que hizo fue enseñarles a honrar a Dios por lo que es: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Marcos 6:9-10). Cada vez que no prestamos atención al orden divino de las cosas, nos apartamos de los limites e impedimos nuestra relación con nuestro Padre celestial.
 VOLUNTAD REBELDE: La persona cuya voluntad está rendida a Dios mantiene una relación con el cómo la que se describe en la parábola de la Vid y los Pámpanos: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho...  (Juan 15:7) El propósito fundamental de la oración no es que obtengamos lo que queremos, sino aprender a querer lo que Dios nos da. Esto solo sucede cuando rendimos nuestra voluntad y nos colocamos en la agenda de Dios en lugar de la nuestra. Rendir nuestra voluntad a la de Dios reporta grandes beneficios. Uno de ellos es que Dios promete responder nuestras oraciones y conceder nuestras peticiones. Otro es que llegamos a recibir el poder de Cristo a través del Espíritu Santo. 

Proverbios 16:32 “Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades”


Todos nosotros de una u otra manera somos sorprendidos y se nos despierta una admiración por los conquistadores, por gobernantes, generales y comandantes. Toda esta gente es muy capaz, pero la palabra dice que mejor es el hombre que se domina a si mismo, que se gobierna, que se apropia de su espíritu, que el que conquista ciudades. Nos pueden asombrar las estrategias que han llevado a sus tropas a la victoria, pero la Biblia dice que mejor es el hombre que se enseñorea de su espíritu. Tú puedes ser mejor que ellos, que los conquistadores de pueblos y ciudades. Dominarse a sí mismo es algo muy importante, y a veces difícil. En ocasiones nos salimos de nuestras casillas, pero no debemos mantenernos así. Tienes que dominar tu espíritu. La palabra enseñorear en hebreo es la pala macha que significa dominar, gobernar, tener control. Hechos 24:24-25 “Algunos días después, viniendo Félix con Drusa su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.” Esta es la escritura que más me llamó la atención acerca del tema. La justicia de Dios, el juicio venidero, la fe en Jesucristo, son doctrinas básicas para el desarrollo de la vida cristiana. Cuando tu recibes a Jesús en tu corazón, el té justifica; te hace un hombre justo delante de los ojos de Dios. ¿Por qué el apóstol Pablo fue inspirado por el Espíritu de Dios a mencionar el dominio propio entre la justicia y el juicio? El habló de estas doctrinas, y les recomendó a estas personas a tener dominio propio, que es parte del carácter Dominio propio es dominarse a sí mismo. El Señor nos salva, pero el dominio propio hace que nos vaya mejor en el juicio venidero. Si nosotros queremos tener mejores juicios en la vida, deberíamos tener mejor dominio de nosotros mismos. Si no dominamos la lengua, es obvio que carecemos de dominio propio. Si no dominamos la lengua esta va controlar el resto de nuestra vida. El centro cerebral de la boca es de los más importantes porque controla otros centros cerebrales en el cuerpo, por esto es que aprendemos a hablar de último. La palabra dominio propio en el griego es la palabra que se traduce para templanza en Gálatas 5:22-23. Esta palabra viene del griego “cerates”, que quiere decir: fuerte, robusto, tener poder sobre, poseer, reinar, controlar, continencia. Creo que no hay una persona que se logre controlar el 100% del tiempo de las veces, pero sí que hay aquellas que lo hacen el 90%, y otros que ni al 10% llegan. Nunca discuta con enojados. No hay ningún enojado que diga que el otro tiene la razón. Es importante entender que el Apóstol Pablo puso el dominio propio como una cosa de las más importantes que existen. Gálatas 5:23 dice que parte del fruto del Espíritu Santo es templanza. Un fruto que debemos de dar que llevamos a Jesús dentro de nuestro corazón, es la práctica del dominio propio. Siempre estamos viendo como poseemos algunas cosas, y todavía no hemos logrado poseernos a nosotros mismos, pero si lo logramos, vamos a lograr grandes cosas.
Una de las prácticas que traen el dominio propio es el ayuno. Dios lo dejó para que incremente nuestra fe. El ayuno no es para echar fuera demonios, sino para aumentar nuestra fe en el nombre de Jesús; este no es superior al nombre de Jesús. Cuando tu ayunas, te estas absteniendo de cosas buenas. Cuando ayunas tú dices no a lo que Dios te autorizó a hacer; a comer. Si aprendes a decir no a las cosas que no te son prohibidas, serás capaz de decirle no a las cosas que no te está permitido hacer. Cuando tú decides ayunar por tres días, tu carácter se fortalece, no solo en lo espiritual, si no que para decirle no a lo que es malo. La gente que tiene dominio propio sabe decirles no a sus derechos en determinado tiempo, para luego decirle si en el momento oportuno. Dominio propio es lo que hace que una empresa gaste menos de lo que gana, que tu presupuesto funcione, que no rompas una tarjeta de crédito y que la aprendas a usar, a que te sujetes a tus padres, aunque creas que no tienen la razón. Dominio propio es parte del carácter de los buenos administradores. La compulsión es lo opuesto al dominio propio. Un día, luego de ministrar a tantos jóvenes, mientras oraba, le pregunté al Señor por qué permitía que un joven o señorita desarrollara tan temprano. Le dije que la juventud es difícil. Todos nosotros en determinado tiempo empezamos a desarrollar. Llega el tiempo en que un joven es capaz físicamente de engendrar un hijo, y de que una señorita pueda dar a luz a un hijo. El tiempo que un joven y una señorita pueden tener relaciones, pero no deben; deben de contenerse. Le pregunté al Señor que por qué no encendía esa chispa una semana antes del matrimonio; esto haría la vida mucho más fácil. El Señor me contestó que este desarrollo ayuda a los jóvenes a ejercitar su dominio propio y desarrollar carácter. Esta oportunidad de que ya puedes hacer, pero no debes hacerlo, te da la oportunidad de desarrollar dominio propio en tu vida. Tú, como joven, te tienes que abstener de hacerlo, y los casados se tienen que abstener de hacerlo con más personas que no sean su cónyuge. La carrera del dominio propio nunca termina. La falta de dominio propio en un momento determinado de tu vida puede ser lo que te esté haciendo pagar por algo a lo que le dijiste sí, cuando debías haber dicho no. El dominio propio es el que te dice “lo comienzo y lo termino,” “tengo que estudiar, no importa cuánto cueste y cuando me duela.” Es el que te hace llevar a tus trabajadores a mayores niveles. Debes ser dueño de ti mismo en todas las áreas de tu vida. Yo tuve una tienda de ropa, tenía cientos de trajes a mi disposición. A mí me gusta la ropa, la buena, la fina, desde pequeño me enseñaron eso. ¿Sabe usted lo qué es para una persona que le gusta vestirse fino tener ese montón de trajes colgados? Yo podía tomar todos los que quería, pero nunca lo hice. Talvez usted puso su empresa, y lo primero que hizo fue darse lujos a usted mismo. Usted no tiene una empresa, lo que tiene es un trabajo en el que gana más. Lo que usted quería era ganar más para gastar más, y por eso quebró su empresa. De todos los trajes que vendía yo tenía solo cuatro. Tengo muchos más ahora que cuando tenía la tienda. El dominio propio es para no andar aparentando lo que uno no es. Hay una estadística que dice que en un barrio de gente acomodada solamente el 15% de esas personas pueden vivir allí, los demás viven aparentando y lo deben todo. El mundo de la apariencia es criminal y te puede llevar a hacer cosas indebidas a no ser que tengas dominio propio. Enséñalo a tu familia, a tus hijos, a tus discípulos. Si el dominio propio no aparece en nuestras vidas, nos vamos a perder de muchas cosas que pudimos tener. Cosas que por decir sí a algo a lo que debimos decir no echamos a perder todo. 2 Timoteo 1:3-7 “Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Luida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” Ya Dios te ha dado el espíritu de poder, de amor, pero también de dominio propio, por lo tanto, no tienes excusa. Tienes el espíritu de dominio propio y tienes que vivir de acuerdo a él. En otras palabras, el verso siete dice: El mantener un avivamiento en tu vida está ligado al dominio propio. Dominio propio es el que evita que peques y apagues tu avivamiento. El dominio propio también hace que ese avivamiento cobre acción. Si tienes dominio propio, puedes vivir en avivamiento. Porque tienes dominio propio sabes que te puedes avivar. Pablo dice que el avivamiento de tu vida, el avivar el fuego de Dios en ti, depende de ti. Tú decides cuando avivarlo. Tú decides cuando apagarlo. Domínate y lo mantendrás encendido. Conviértete en una persona que se enseñorea de su espíritu, y serás mejor que el que conquista ciudades enteras.

¿La vida que estoy invitando a vivir, es la vida que yo estoy viviendo?


No tenemos que buscar muy lejos para encontrar que las iglesias están llenas de personas que están tan deprimidas, angustiadas, preocupadas, ajoradas, desconsoladas como aquellas personas que no tienen a Cristo en sus corazones. Jesús no nos enseñó eso, él invitó a vivir la vida como él la vivió en la tierra. Él invitó a vivir una vida llena de amor, gozo, y paz. Es necesario que nosotros seamos transformados por el poder de Dios para vivir vidas como el Señor quiere que las vivamos. Un hombre dijo en una ocasión, “para que la iglesia lleve a cabo plenamente lo que Dios ha destinado para ella, tiene que tomar la necesidad de transformación tan en serio como los movimientos revolucionarios modernos.” A través del Nuevo Testamento los escritores del mismo sabían cuán importante era el que los cristianos fueran transformados por Dios continuamente. A veces nos conformamos con lo que somos y pensamos que Dios no va a cambiar nuestra forma de ser, nuestro carácter, nuestra forma de hablar, nuestra forma de amar, nuestra forma de relacionarnos con nuestras parejas, esposos(as), hijos, padres, vecinos, etc. Hay una palabra que estaba en la mente de los escritores del N.T. y es la palabra transformación. En Romanos 12:2, “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (NVI) En Gálatas 4:19 dice, “Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes.” () En 2 Corintios 3:18,”...estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.” (LBLA) La palabra transformados en griego es la palabra metamorfow.
Había un hombre llamado “Juan” que llevaba más de 50 años en la iglesia, pero siempre estaba serio, con cara larga. (Experiencia del diácono.) Este hombre no estaba cambiando, era un gruñón con su esposa, con sus hijos, no tenía gozo, no era amoroso, no tenía vida en su ser.
Hay personas en la iglesia que hacen lo mínimo para ir al cielo, pero no gozan de la vida que Cristo vino a dar. La transformación en nuestras vidas como cristianos debe ser una visible y tangible por las demás personas. En la iglesia esperamos que personas que llevan años hagan lo que se les pide como cristianos, asistan a los cultos regularmente, acepten la doctrina que se enseña, sepan versos de la Biblia, eviten algunos pecados, diezmen, hagan el trabajo que se les pide. Ahora, hay algo que no esperamos de estas personas, de estos hermanos, y es que día tras día, semana tras semana, mes tras mes, Cristo sea formado en ellos. Llegamos a un punto como Creyentes que nos conformamos, nos acostumbramos a ser como somos y que no vamos a cambiar más. Decimos, “es que yo soy así.” No esperamos que gradualmente la Palabra de Dios nos haga una persona amorosa, comprensiva, misericordiosa, comunicativa, gozosa, compasiva. Las personas no Esperanto transformation en sus vidas.

Hasta los hombres y mujeres de Dios a veces experimentan soledad.


En el Antiguo Testamento Elías se destaca como el más dramático y vehemente profeta de Dios. Paró la lluvia, desafió a un rey cara a cara, hizo caer fuego del cielo, mandó ejecutar a cientos de falsos profetas y predijo con exactitud la fecha en que terminaría una sequía de tres años y medio. Sin embargo, en el Nuevo Testamento leemos que "Elías era tan humano como nosotros" (Santiago 5:17 BD). De modo que él también vivió momentos de angustia y soledad. Como resultado de cuatro pasos equivocados, Elías terminó en el desierto, bajo un árbol y totalmente desesperado (1 Reyes 18:46-19:4). En primer lugar, estaba exhausto físicamente. En segundo lugar, se turbó emocionalmente. En tercer lugar, no acudió a Dios espiritualmente. En cuarto lugar, se aisló socialmente.... Al final terminó desfalleciente bajo un árbol en un lugar desierto y lloró: "Es suficiente, Señor. Lleva mi vida. Quiero morirme.” ¿Alguna vez ha sentido usted un desaliento total y se ha visto sin nadie cerca que lo anime? ¿Ha experimentado en alguna ocasión el síndrome de Elías? Note cómo Dios satisface cada una de las necesidades del profeta en el momento de la crisis. Físicamente, Dios le da alimento y un buen descanso. Emocionalmente, el Señor le hace saber a Elías que su presencia está con él y lo anima. Espiritualmente, Dios exhorta a Elías a seguirlo una vez más. Socialmente, el Señor le habla a Elías acerca de un gran número de hombres y mujeres de Dios con quienes podrá tener camaradería y recibirá aún más ánimo. De la misma manera, Dios quiere suplir sus necesidades personales, apreciado lector. Usted no puede vivir la vida cristiana victoriosa en soledad y en sus propias fuerzas. Es imposible. Sólo experimentamos victoria por el poder del Cristo viviente (Gálatas 2:20). Su presencia y su poder son particularmente evidentes cuando dos o tres se reúnen en su nombre para orar por algo en concreto (Mateo 18:20).
Utilice su soledad o desaliento como una motivación para entregarse nuevamente al Señor. No permanezca sentado bajo el árbol de la desesperación. Las últimas palabras de Jesucristo fueron que estaría con nosotros siempre (Mateo 28:20). El quiere ser su mejor amigo, de modo que usted ya no se sienta solo. Además, congréguese con el pueblo de Dios (Hebreos 10:25) y no trate de enfrentar las batallas diarias de la vida por su cuenta. Ore con otros cristianos por sus necesidades mutuas y sus preocupaciones. Experimente el obrar de Dios en el Cuerpo de Cristo. La victoria en la vida cristiana siempre es un esfuerzo en equipo. ¿Por qué no comienza ya mismo a vivir de esta manera? Verá cuán distinta es la vida.

mensaje cristiano la roca

Nuestro Dios, él es la Roca, cuya obra es perfecta.
Deuteronomio 32:3-4. El solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré. Salmo 62:6. Una roca evoca la solidez y la estabilidad. Inquebrantable, resiste al terremoto, al incendio, a la tempestad… Las grandes rocas proporcionan refugio, tanto a los animales como a los hombres. En la Palabra de Dios la imagen de la roca evoca lo que es inmutable, indestructible: es el poder de Dios manifestado en Cristo. El hombre pecador necesita, ante todo, esa roca para su salvación, porque debe ponerse al abrigo de la ira de Dios. Sólo hay salvación en Jesucristo, muerto por “los impíos(Romanos 5:6). El que oye las palabras de Jesús y las pone en práctica es comparado con el hombre que edificó su casa sobre la roca (Lucas 6:48). Cuidémonos de no ser como el insensato, quien edificó su casa en la arena. Éste es la imagen de aquel que se adhiere a una religión sencillamente para tranquilizar su conciencia cuando el pensamiento del más allá lo asedia. Para entrar en una verdadera relación con Dios es necesario fundar su fe sobre la roca. Usted dará el primer paso cuando le diga a Dios, con sinceridad y toda simplicidad, como el hijo pródigo: “He pecado contra el cielo y contra ti” Dios hará lo demás. Entonces usted conocerá su poderosa mano que le establecerá sobre la roca para siempre.
Cristo murió por nuestros pecados. Este es el verdadero fundamento de la vida cristiana. Nuestra seguridad descansa únicamente en el valor de la obra de Cristo. Aun is dud Amos o temblors, la Roca permanence inquebrantable.

  hombre dormía en su cabaña, cuando de repente una luz iluminó la habitación y se le apareció Dios… el Señor le dijo:
– “Hijo mío, tengo un trabajo para ti. ¿Ves esa gran roca junto a tu cabaña?, quiero que cada día la empujes con todas tus fuerzas” …
El hombre, feliz porque el Señor le encomendaba una gran misión, hacía cada día lo que el Señor le había pedido… empujaba aquella gran roca con todas sus fuerzas, día tras día…
Un día, después de varios años, el hombre regresaba cansado a su cabaña cuando encontró por el camino a Satanás:
– “Eres un tonto… has estado empujando esa roca por mucho tiempo y no has podido moverla… vaya tarea inútil que te han encomendado”, le dijo…
Pero el hombre no hizo caso y seguía perseverado, empujando obedientemente aquella gran roca cada día como el Señor le había pedido…
Nuevamente regresó Satanás a tentarle y a sembrar la duda en su corazón con pensamientos de fracaso y frustración:
– “¿Por qué sigues esforzándote todo el día en esta tarea imposible? Haz un mínimo esfuerzo, con eso será suficiente” …
El hombre luchaba contra la tentación y oró a Dios confesándole sus sentimientos:
– “Señor, por muchos años he trabajado duro en la tarea que me encomendaste… me he esforzado para conseguir lo que me pediste, he empujado día tras día, pero aun así, no he podido mover la roca ni siquiera un milímetro… ¿En qué he fallado? ¿Por qué he fracasado en lo que me pediste?”
Pero el Señor, lleno de su ternura infinita y mirándole con amor profundo, le respondió:
– “Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas… Nunca te dije que esperaba que la movieras, tu tarea era empujar y eso lo has hecho a la perfección… Ahora vienes a Mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Empujando la roca con perseverancia has aprendido a vencer la tentación del demonio que te decía que era inútil y has fortalecido tu fe… Además, Yo sabía que tus enemigos eran fuertes y vendrían contra ti… por eso quise que ejercitaras tu cuerpo y, gracias a tu perseverancia empujando la roca cada día, desarrollaste una gran fortaleza física y tus enemigos no han podido contra ti… Ahora eres fuerte espiritual y físicamente… Has vencido al demonio y a tus enemigos de la tierra… ¿Crees que fracasaste? Cierto que no has movido la roca, pero tu misión era sólo ser obediente y empujar para que yo cumpla en ti mis designios… y eso lo has conseguido… Ahora, querido hijo, Yo moveré la roca” …
Estamos llegando a la mitad de la Cuaresma y tal vez te sientes un poco cansado… has estado orando más, ayunando más y dando más a los necesitados… tal vez te preguntas si verdaderamente esto ayudará a que vivas mejor y más profundamente la Semana Santa y te encuentres con Cristo resucitado el día de Pascua… tal vez hasta has fallado en alguno de los propósitos que hiciste al comenzar… por eso quiero invitarte a perseverar como hizo el hombre de la historia… el Señor nos pide que demos lo mejor de nosotros… que pongamos el corazón en empujar con fuerza esa “roca” que Él nos ha puesto al frente… al final, Él completará lo que falte para que nuestra transformación sea total… tú solamente empuja…