Nuestro Dios, él es la Roca, cuya obra
es perfecta.
Deuteronomio 32:3-4. El solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré. Salmo 62:6. Una roca evoca la solidez y la estabilidad. Inquebrantable, resiste al terremoto, al incendio, a la tempestad… Las grandes rocas proporcionan refugio, tanto a los animales como a los hombres. En la Palabra de Dios la imagen de la roca evoca lo que es inmutable, indestructible: es el poder de Dios manifestado en Cristo. El hombre pecador necesita, ante todo, esa roca para su salvación, porque debe ponerse al abrigo de la ira de Dios. Sólo hay salvación en Jesucristo, muerto por “los impíos” (Romanos 5:6). El que oye las palabras de Jesús y las pone en práctica es comparado con el hombre que edificó su casa sobre la roca (Lucas 6:48). Cuidémonos de no ser como el insensato, quien edificó su casa en la arena. Éste es la imagen de aquel que se adhiere a una religión sencillamente para tranquilizar su conciencia cuando el pensamiento del más allá lo asedia. Para entrar en una verdadera relación con Dios es necesario fundar su fe sobre la roca. Usted dará el primer paso cuando le diga a Dios, con sinceridad y toda simplicidad, como el hijo pródigo: “He pecado contra el cielo y contra ti” Dios hará lo demás. Entonces usted conocerá su poderosa mano que le establecerá sobre la roca para siempre.
Deuteronomio 32:3-4. El solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré. Salmo 62:6. Una roca evoca la solidez y la estabilidad. Inquebrantable, resiste al terremoto, al incendio, a la tempestad… Las grandes rocas proporcionan refugio, tanto a los animales como a los hombres. En la Palabra de Dios la imagen de la roca evoca lo que es inmutable, indestructible: es el poder de Dios manifestado en Cristo. El hombre pecador necesita, ante todo, esa roca para su salvación, porque debe ponerse al abrigo de la ira de Dios. Sólo hay salvación en Jesucristo, muerto por “los impíos” (Romanos 5:6). El que oye las palabras de Jesús y las pone en práctica es comparado con el hombre que edificó su casa sobre la roca (Lucas 6:48). Cuidémonos de no ser como el insensato, quien edificó su casa en la arena. Éste es la imagen de aquel que se adhiere a una religión sencillamente para tranquilizar su conciencia cuando el pensamiento del más allá lo asedia. Para entrar en una verdadera relación con Dios es necesario fundar su fe sobre la roca. Usted dará el primer paso cuando le diga a Dios, con sinceridad y toda simplicidad, como el hijo pródigo: “He pecado contra el cielo y contra ti” Dios hará lo demás. Entonces usted conocerá su poderosa mano que le establecerá sobre la roca para siempre.
Cristo murió por nuestros pecados.
Este es el verdadero fundamento de la vida cristiana. Nuestra seguridad
descansa únicamente en el valor de la obra de Cristo. Aun is dud Amos o temblors, la Roca
permanence inquebrantable.
hombre dormía en su cabaña, cuando de repente una luz iluminó la habitación y
se le apareció Dios… el Señor le dijo:
–
“Hijo mío, tengo un trabajo para ti. ¿Ves esa gran roca junto a tu cabaña?,
quiero que cada día la empujes con todas tus fuerzas” …
El
hombre, feliz porque el Señor le encomendaba una gran misión, hacía cada día lo
que el Señor le había pedido… empujaba aquella gran roca con todas sus fuerzas,
día tras día…
Un
día, después de varios años, el hombre regresaba cansado a su cabaña cuando
encontró por el camino a Satanás:
–
“Eres un tonto… has estado empujando esa roca por mucho tiempo y no has podido
moverla… vaya tarea inútil que te han encomendado”, le dijo…
Pero
el hombre no hizo caso y seguía perseverado, empujando obedientemente aquella
gran roca cada día como el Señor le había pedido…
Nuevamente
regresó Satanás a tentarle y a sembrar la duda en su corazón con pensamientos
de fracaso y frustración:
–
“¿Por qué sigues esforzándote todo el día en esta tarea imposible? Haz un
mínimo esfuerzo, con eso será suficiente” …
El
hombre luchaba contra la tentación y oró a Dios confesándole sus sentimientos:
–
“Señor, por muchos años he trabajado duro en la tarea que me encomendaste… me
he esforzado para conseguir lo que me pediste, he empujado día tras día, pero
aun así, no he podido mover la roca ni siquiera un milímetro… ¿En qué he
fallado? ¿Por qué he fracasado en lo que me pediste?”
Pero
el Señor, lleno de su ternura infinita y mirándole con amor profundo, le
respondió:
–
“Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu
tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas… Nunca te dije que esperaba que
la movieras, tu tarea era empujar y eso lo has hecho a la perfección… Ahora
vienes a Mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad
fracasaste? Empujando la roca con perseverancia has aprendido a vencer la
tentación del demonio que te decía que era inútil y has fortalecido tu fe…
Además, Yo sabía que tus enemigos eran fuertes y vendrían contra ti… por eso
quise que ejercitaras tu cuerpo y, gracias a tu perseverancia empujando la roca
cada día, desarrollaste una gran fortaleza física y tus enemigos no han podido
contra ti… Ahora eres fuerte espiritual y físicamente… Has vencido al demonio y
a tus enemigos de la tierra… ¿Crees que fracasaste? Cierto que no has movido la
roca, pero tu misión era sólo ser obediente y empujar para que yo cumpla en ti
mis designios… y eso lo has conseguido… Ahora, querido hijo, Yo moveré la roca”
…
Estamos
llegando a la mitad de la Cuaresma y tal vez te sientes un poco cansado… has
estado orando más, ayunando más y dando más a los necesitados… tal vez te
preguntas si verdaderamente esto ayudará a que vivas mejor y más profundamente
la Semana Santa y te encuentres con Cristo resucitado el día de Pascua… tal vez
hasta has fallado en alguno de los propósitos que hiciste al comenzar… por eso
quiero invitarte a perseverar como hizo el hombre de la historia… el Señor nos
pide que demos lo mejor de nosotros… que pongamos el corazón en empujar con
fuerza esa “roca” que Él nos ha puesto al frente… al final, Él completará lo
que falte para que nuestra transformación sea total… tú solamente empuja…
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