martes, 29 de mayo de 2018

El Altar Familiar


  • Hechos 16:30-34 ¿Tienes un altar en tu casa? No me refiero a un montón de piedras o un retablo, sino más bien a un altar familiar donde puedes reflejar tu compromiso con el Señor, educar a tus hijos en la fe y buscar la salvación de tu familia. Si no lo tienes, te animo a comprometerte hoy con el Señor en empezar. Yo sé que será de bendición.  Que el ser cristianos no solamente es el día domingo, no solamente es ponerme mi trajecito de cristiano, sino que simplemente es todos los días. De tal manera que el altar familiar, cuando estamos leyendo la Biblia en la casa, estamos diciéndole a nuestros hijos: “¿sabes qué? es importante ir a la Iglesia, es importante abrir la Biblia, es importante tener compañerismo y nuestros mejores amigos deberían de estar aquí en la Iglesia y todo eso es importante, pero ¡qué mejor, aquí en nuestra casa adoramos al Señor y caminamos con el Señor y alabamos al Señor!”. Y el ser cristianos es todos los días y podemos nosotros aquí limpiar un poquito nuestra casa, limpiar nuestras vidas, caminando con el Señor, todos los días y ¡Gloria al Señor, qué podemos nosotros no solamente ser cristianos el domingo, sino todos los días! El altar familiar nos enseña que podemos ser cristianos todos los días y que debemos de ser cristianos todos los días. No solamente eso, pero debemos de servir a Jehová también en la casa, por eso ahí en Josué 24:15 dice: “serviremos a Jehová, yo y mi casa, vamos a servir a Jehová” y ¡Gloria al Señor que podemos servir a Jehová, viniendo a la Iglesia! Pero, ¿por qué no servir a Jehová en la casa?, ¿cómo podemos servir a Jehová en la casa? Bueno, yo creo que simplemente cuando tenemos una mentalidad de que también aquí en la casa somos cristianos nos ayuda un poquito. El altar familiar nos recuerda que somos cristianos también en la casa. El altar familiar nos debe de ayudar en eso, en servir a Jehová no solamente en la Iglesia, pero en la casa. Con niños pequeños el tiempo debe ser corto.  Se pueden tener cantos con ademanes, historias ilustradas, enseñanza de versículos, oración por ellos y de ellos por sus padres.  Se necesita usar la creatividad para no hacer monótono este tiempo. Una manera de hacer que los estudios bíblicos sean más interesantes con los niños,  es por medio de objetos.  Ejm. Mt. 5:13.  Ponga un poco de sal en la mano de cada uno y dialogue sobre los usos de la sal.  Refuerce la lección bíblica con experiencias comunes. Cuando se va a orar por obreros cristianos, misioneros y otros siervos, busque un mapa y guíe a los niños a encontrar el país o la ciudad donde ellos trabajan. Se puede tener una noche musical donde ellos canten o toquen algún instrumento, y se puede contar la historia de un himno, etc. No siempre los altares tienen que realizarse en la casa, se puede salir un día de campo y al aire libre, celebrar el altar familiar. Con muchachos mayores y jóvenes, se pueden analizar varios temas, por ejemplo: La Biblia, La oración, conversaciones, dinero, amigos, diversiones, relaciones interpersonales, música, belleza, responsabilidad, evangelización, sexo y matrimonio.  Se puede tomar un tema por mes. ¿Cómo puede suceder esto en una familia?  La primera cosa que tiene que suceder para tener un altar familiar es que hay que fijar una hora para hacerlo y apagar el televisor. Podría predicar todo un sermón acerca de la televisión, pero basta con decir que no se van a morir si lo apagan por 10 o 15 minutos, y a la mejor les hace bien.  En segundo lugar, asegúrate de usar siempre la Biblia. Si tienes hijos pequeños, podrías usar un libro de historias bíblicas u otra fuente, pero asegúrate de mostrarles dónde se encuentra la historia en la Biblia para que vean que la Biblia es el centro de nuestra fe. No dejes la Biblia a un lado.  En tercer lugar, busca un ritmo - quizás puedan empezar con oración por diferentes necesidades familiares y de la Iglesia, y luego leer la porción bíblica. Si tienes un ritmo que siempre sigues en tu altar familiar, es más fácil de continuar. Sin embargo, es bueno variar de vez en cuando también - quizás cantando un corito, o mirando un videoclip.  En cuarto lugar, recuerda por qué lo haces. No dejes que se convierta en una costumbre más. Recuerda que, en esa mesa, tú y tu familia se están encontrando con el Dios del universo. En realidad, ésa es la parte más importante del día y de su vida familiar. Deja que tus niños compartan; no lo conviertas en un espacio para darles un discurso. En quinto lugar, ¡hazlo ameno! Busca formas de hacer que los niños participen con preguntas y opiniones. Deja que ellos escojan de vez en cuando lo que se va a estudiar. Enséñales a orar. Asegúrate de que haya algo que puedan aplicar a sus vidas. ¿Qué quiere Dios que hagamos, pensemos o digamos?

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