miércoles, 22 de marzo de 2017

Estudio #12: El ángel y el librito Apocalipsis capítulo 10:1-11

Estudio #12: El ángel y el librito

Apocalipsis capítulo 10:1-11


I.  Introducción.
En el estudio anterior pudimos ver cómo ya han sonado las seis trompetas del juicio. Falta la séptima por tocarse; la final trompeta. Si vamos a 1 Corintios 15:52, nos dice Pablo que la venida del Señor y el levantamiento de la iglesia (el mismo evento) ocurrirá “a la final trompeta”. Esto nos confirma que hay más de una trompeta y que el levantamiento de los santos será a la final, no a la primera.. Y una vez más nos confirma también que la iglesia va a estar en la tierra mientras los primeros juicios de Dios se van desatando. Los pretribulacionistas sostienen que primero la iglesia es levantada y las trompetas vienen después, pero eso no es lo que vemos en la Biblia.

Ahora en este capítulo tenemos un interludio o pausa entre la sexta y la séptima trompeta. Ya todo está listo para el final de todas las cosas creadas. El propósito de este ángel poderoso es claro: anunciar el juicio final en la tierra. Su pie derecho en el mar y el izquierdo en la tierra (10.2) indica que sus palabras tienen que ver con toda la creación, no solo con una parte limitada como en el caso de los juicios anunciados por el sello y la trompeta. La séptima trompeta (11.15) anunciará la séptima copa del juicio, lo que traerá consigo el final del mundo presente. Cuando se produzca este juicio universal ha de prevalecer la verdad de Dios.

II.  El ángel y el librito
No se menciona por nombre quién es este poderoso ángel. Probablemente un arcángel o querubín. Sabemos que es un ángel de Dios, porque desciende del cielo a la tierra. En su mano tiene un pequeño libro. Ya en un capítulo anterior se había mencionado un rollo o libro sellado con siete sellos. Aquí se menciona un segundo libro, pero este no está sellado; está abierto. Cuando clama a gran voz, se escuchan siete truenos que emiten un mensaje poderoso. Juan escucha el mensaje, pero cuando se dispone a escribir lo que ha escuchado, una voz del cielo le ordena que no lo escriba, sino que selle las palabras que acaba de escuchar. En otras palabras, es un mensaje que no debe ser revelado ni divulgado, sino hasta el momento en que ocurra.


El ángel hace un juramento levantando su mano al cielo. Jura por el Dios que creó la tierra y el mar junto a los que en él habitan que el tiempo pronto dejará de ser. Este es un anuncio importante. Significa que la historia junto a este sistema en que vivimos donde existe el tiempo medido por las estaciones del año, por el sol y la luna, pronto llegará a su fin. Pronto se inaugurará un nuevo orden donde ya no se medirá el tiempo, pues todas las cosas serán eternas.

El versículo 7 nos dice que el fin de todas las cosas vendrá en los días del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta final. En Daniel 12:7 tenemos una expresión muy parecida a la de este capítulo de Apocalipsis. Nos dice: “Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas? Y al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo.” Algunos interpretan esta profecía de manera literal (tres años y medio), pero probablemente el número es simbólico y representa un período corto de tiempo entre las tribulaciones y la venida del Señor.

Leemos más adelante en Daniel 12:8, “Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.” En otras palabras, no nos toca a nosotros saber con exactitud el tiempo del fin, pero cuando el momento llegue, los que son de Dios entenderán. Esto nos recuerda que nuestra preocupación debe ser en todo momento hacer la voluntad de Dios, agradarle y honrarle con nuestra vida mientras estamos aquí en la tierra.

III.  Juan se come el librito

En estos últimos versos de este capítulo Juan recibe una orden del cielo para ir a donde está el ángel con el librito y pedírselo. Juan acude inmediatamente a donde el ángel y le pide el libro. Pero el ángel al dárselo le indica que debe comérselo porque “aunque le será dulce a su paladar, le amargará el vientre.” ¿Qué significa esto? Esto proviene del libro de Ezequiel donde este profeta tiene una experiencia parecida. Dice el pasaje, “Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito


por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes. Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.” (Ez. 2:9-10, 3:1-2)

En el caso de Ezequiel, el libro a que hace referencia contiene los juicios que Dios iba a enviar sobre el pueblo de Israel. Isaías tenía la encomienda de llevar el mensaje de Dios al pueblo, pero lo que iba a decir, aunque era palabra de Dios, contenían lamentos, endechas y ayes. En el caso de Juan, podemos inferir que el libro contiene las últimas palabras de juicio sobre la humanidad y el mundo. En ambos casos es dulce porque es la Palabra de Dios. Pero a la misma vez amarga el vientre porque lo que traen esas palabras resulta en amargura. La realidad es que la Palabra de Dios muchas veces produce esa doble experiencia. Es dulce y amarga al mismo tiempo. Hoy día algunos predicadores pretenden que la Palabra de Dios sea dulce todo el tiempo, pero no es así. Aún los que deciden seguir a Cristo experimentarán en este caminar, momentos amargos y difíciles. Aún el cordero de la pascua debía ser comido con hierbas amargas (Éx. 12:8). La Palabra de Dios es dulce para los creyentes, porque anima; pero amarga a nuestro estómago por el juicio venidero que debemos pronunciar sobre los incrédulos.

IV.  Conclusión

A través de la historia, la gente se ha preguntado qué sucederá en el futuro, y Dios revela algo de eso en este libro. Pero se le impidió a Juan que revelara ciertas partes de su visión. Dios ha revelado todo lo que necesitamos saber para vivir hoy para Él. En nuestro deseo de estar preparados para el fin, no debemos dar más énfasis a la especulación acerca de los últimos días que al vivir para Dios mientras esperamos.


Preguntas de Repaso


1.  Los santos serán levantados a la final trompeta. ¿Indica esto que los redimidos serán levantados antes de la tribulación? ¿Por   qué?
2.  ¿Qué ha de ocurrir cuando se toque la séptima y última trompeta?
3.  ¿Es este libro que tiene el ángel en su mano el mismo libro con siete sellos que se menciona anteriormente? ¿Por qué?
4.  Daniel 12:7 es muy parecido a esta parte de Apocalipsis. ¿Qué significa la expresión “tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”?
5.  ¿Qué enseñanza obtenemos de la lectura de Daniel 12:8 para los creyentes de todos los tiempos?
6.  ¿Por qué se le manda a Juan comerse el librito? ¿Cómo se parece esto a Ezequiel 2:9-10, 3:1-2?
7.  ¿Qué doble efecto produce la Palabra de Dios?

8.  ¿Cuál debe ser nuestra actitud como cristianos ante las profecías del tiempo del fin?

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