Estudio #12: El ángel
y el librito
Apocalipsis capítulo 10:1-11
I. Introducción.
En el estudio anterior pudimos ver cómo ya han sonado las seis trompetas
del juicio. Falta la séptima por tocarse; la final trompeta. Si vamos a 1 Corintios
15:52, nos dice Pablo que la venida del Señor y el levantamiento de la iglesia (el mismo
evento) ocurrirá “a la final trompeta”.
Esto nos confirma que hay más de una trompeta y que el levantamiento de los santos
será a la final, no a la primera.. Y una vez más
nos confirma también
que la iglesia va a estar en la tierra mientras
los primeros juicios de Dios se van desatando. Los pretribulacionistas sostienen que primero la iglesia es
levantada y las trompetas vienen después, pero eso no es lo que vemos en la Biblia.
Ahora en este capítulo tenemos un interludio o pausa entre la sexta y la séptima
trompeta. Ya todo está listo para el final
de todas las cosas creadas. El propósito de este ángel
poderoso es claro:
anunciar el juicio final en
la tierra. Su pie derecho en el mar y el izquierdo en la tierra (10.2)
indica que sus palabras tienen
que ver con toda la creación,
no solo con una parte
limitada como en el caso de los juicios anunciados por el sello y la trompeta. La
séptima trompeta (11.15) anunciará la séptima copa del juicio, lo que traerá
consigo el final del mundo presente. Cuando se produzca este juicio universal
ha de prevalecer la verdad de Dios.
II. El ángel y el librito
No se menciona por nombre
quién es este poderoso ángel.
Probablemente
un arcángel o querubín. Sabemos que es un ángel de Dios, porque
desciende del cielo a la tierra.
En su mano tiene un pequeño libro. Ya en un capítulo anterior se había mencionado un rollo o libro
sellado con siete sellos. Aquí se menciona un segundo libro, pero este no está sellado; está abierto.
Cuando clama a gran voz, se escuchan siete truenos que emiten un mensaje poderoso. Juan escucha el mensaje,
pero cuando se dispone a escribir lo que ha escuchado, una voz del cielo le ordena que no lo escriba, sino que selle
las palabras que acaba
de escuchar. En otras palabras, es un mensaje
que no debe ser revelado ni divulgado, sino hasta el
momento en que ocurra.
El ángel hace un juramento
levantando su mano al cielo. Jura por el Dios que creó la tierra y el mar
junto a los que en él habitan que el tiempo pronto dejará de ser. Este es un anuncio importante.
Significa que la historia junto a este sistema en que vivimos donde existe el
tiempo medido por las estaciones del año, por el sol y la luna, pronto llegará
a su fin. Pronto se inaugurará un nuevo orden donde ya no se medirá el tiempo,
pues todas las cosas serán eternas.
El versículo 7 nos dice que el fin de todas las cosas vendrá
en los días del séptimo
ángel, cuando él comience a tocar la trompeta final. En Daniel 12:7 tenemos una expresión
muy parecida a la de este capítulo
de Apocalipsis. Nos dice: “Y dijo
uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas
del río: ¿Cuándo
será el fin de estas
maravillas? Y oí al varón vestido
de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al
cielo, y juró por el que vive por los siglos,
que será por tiempo, tiempos,
y la mitad de un tiempo.” Algunos interpretan esta profecía de
manera literal (tres años y medio), pero probablemente el número es simbólico y
representa un período corto de tiempo entre las tribulaciones y la venida del Señor.
Leemos más adelante
en Daniel 12:8, “Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de
estas cosas? El respondió: Anda,
Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y
emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente y ninguno
de los impíos
entenderá, pero los
entendidos comprenderán.” En
otras palabras, no nos toca a nosotros saber con exactitud el tiempo del
fin, pero cuando el momento llegue, los que son de Dios entenderán. Esto nos recuerda que nuestra preocupación debe ser en todo momento
hacer la voluntad de Dios, agradarle y honrarle con nuestra vida
mientras estamos aquí
en la tierra.
III. Juan se come el librito
En estos últimos versos de este capítulo Juan recibe una orden del cielo
para ir a donde está el ángel con el librito y pedírselo. Juan acude inmediatamente a donde el ángel y le pide el libro. Pero el ángel
al dárselo le indica que debe comérselo porque “aunque le será dulce
a su paladar, le amargará el vientre.” ¿Qué significa esto? Esto proviene del libro de Ezequiel
donde este profeta
tiene una experiencia parecida. Dice el pasaje, “Y
miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.
Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito
por delante y por detrás; y había
escritas en él endechas
y lamentaciones y ayes. Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas;
come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo
comer aquel rollo.
Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta
tu vientre, y llena tus
entrañas de este rollo que yo te doy. Y
lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.” (Ez. 2:9-10, 3:1-2)
En el caso de Ezequiel, el libro a que hace referencia contiene
los juicios que Dios iba a enviar sobre el pueblo de Israel. Isaías
tenía la encomienda de llevar el mensaje de Dios al pueblo, pero lo que iba a decir,
aunque era palabra
de Dios, contenían lamentos, endechas y ayes.
En el caso de Juan, podemos inferir que el libro contiene las últimas palabras
de juicio sobre la humanidad y el mundo. En ambos casos es dulce porque es la Palabra de Dios. Pero a la misma vez
amarga el vientre porque lo que traen esas palabras resulta en amargura. La
realidad es que la Palabra de Dios muchas veces produce esa doble experiencia.
Es dulce y amarga al mismo tiempo. Hoy día algunos predicadores pretenden que la Palabra
de Dios sea
dulce todo el tiempo,
pero no es así. Aún los que deciden seguir a Cristo experimentarán en este
caminar, momentos amargos y difíciles. Aún el cordero
de la pascua debía ser
comido con hierbas amargas (Éx. 12:8). La Palabra de Dios es dulce para los
creyentes, porque anima; pero amarga a nuestro estómago por el juicio venidero
que debemos pronunciar sobre los incrédulos.
IV. Conclusión
A través de la historia, la gente se ha preguntado qué sucederá en el futuro, y Dios revela algo de eso
en este libro. Pero se le impidió a Juan que revelara ciertas partes de su
visión. Dios ha revelado todo lo que necesitamos saber para vivir hoy para Él.
En nuestro deseo de estar preparados para el fin, no debemos dar
más énfasis a la especulación acerca de los últimos días que al vivir para Dios mientras esperamos.
Preguntas de Repaso
1. Los santos serán levantados a la final trompeta.
¿Indica esto que los redimidos serán levantados antes de la tribulación? ¿Por qué?
2. ¿Qué ha de ocurrir cuando se toque la séptima y última trompeta?
3. ¿Es este libro que tiene el ángel en su mano el mismo
libro con siete sellos que se menciona anteriormente? ¿Por qué?
4. Daniel 12:7 es muy parecido a esta parte de
Apocalipsis. ¿Qué significa la expresión “tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”?
5. ¿Qué enseñanza obtenemos de la lectura de Daniel 12:8
para los creyentes de todos los tiempos?
6. ¿Por qué se le manda a Juan comerse el librito? ¿Cómo
se parece esto a Ezequiel 2:9-10, 3:1-2?
7. ¿Qué doble efecto produce la Palabra de Dios?
8. ¿Cuál debe ser nuestra actitud como cristianos ante
las profecías del tiempo del fin?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario