Estudio #18: Las siete
plagas postreras
Apocalipsis capítulo
15 y 16
I. Introducción
Desde que comenzamos a estudiar este libro de Revelaciones (Apocalipsis)
hemos visto que la estructura del mismo es repetitiva. Un conjunto de visiones
que incluye la persecución de los santos, los juicios de Dios sobre la tierra y
la venida de Cristo, son seguidos por otro conjunto de visiones que
esencialmente nos describe los mismos eventos.
En este estudio no nos detendremos tanto como en los anteriores ya que los juicios que aquí se mencionan son esencialmente
los mismos que ya hemos estudiado anteriormente. Sí analizaremos unos detalles
que aparecen en estos capítulos que no los encontramos en los ya estudiados.
Como vimos
anteriormente, hay un claro paralelismo de los juicios
de Dios en el tiempo
del fin con las 10 plagas que Dios envió
a la tierra de Egipto cuando
los israelitas estaban
bajo la esclavitud de Faraón. El principio es el mismo:
un pueblo de Dios que sufre bajo un sistema
que le oprime y un Dios que en su momento interviene para liberar a su pueblo
y derrama su ira sobre el opresor mientras su pueblo
es protegido.
II. La iglesia es
reunida en el cielo.
Ya ha ocurrido la primera siega. Los santos
del Altísimo se hallan
en la patria celestial donde ya no sufren más ni hay tribulación para ellos.
Estos son los que triunfaron sobre la bestia y su imagen porque no la adoraron
ni le sirvieron. Ahora glorifican a Dios cantando el cántico de Moisés (Éx. 15:1) y el cántico
del Cordero. Estos santos son la iglesia reunida de entre todas las
naciones de la tierra. Ya para ellos no hay más muerte, ni dolor ni
tribulación. Ahora cantan y exaltan al Cristo
victorioso.
Ahora el templo de Dios, su tabernáculo celestial se abre y salen del mismo siete ángeles que llevan
consigo siete plagas postreras que han de ser derramadas sobre los impíos que
han quedado en la tierra. Estos ángeles reciben de uno de los cuatro seres
vivientes siete copas que contienen la ira de Dios que va a ser vertida sobre
el mundo. En ese momento la gloria de Dios se manifiesta en el templo
a tal magnitud que nadie podía
entrar en él hasta que los siete
ángeles hayan cumplido
con su misión. Vemos algo parecido en 2 de Crónicas 7:1-3, cuando en el templo terrenal
que Salomón había edificado, se manifestó la gloria
de Dios y nadie podía entrar en él. Esto tiene un significado importante que denota un evento crucial
donde Dios está manifestándose. La manifestación de la ira santa de Dios es una manifestación de su gloria y su santidad.
III. Las siete copas de la ira
Los ángeles salen hacia la tierra y el primer ángel derrama el contenido
de su copa. A causa de esto aparece una úlcera maligna y pestilente que azota a los moradores de la tierra.
En las plagas de Egipto este mismo castigo azotó a los
egipcios (Ex. 9:10). El segundo ángel derrama
su copa sobre
el mar y este se convierte en sangre de tal manera
que fallecen los seres vivientes que pueblan los océanos. El tercer ángel hace lo mismo sobre los ríos y los
manantiales y ocurre lo mismo que en el mar. Esta plaga también la vemos en Egipto (Ex. 7:17-21). Estos ángeles alaban a Dios en medio de
estos juicios declarando que de la misma manera en que los impíos derramaron la sangre de los justos de
Dios, ahora ellos tendrán que beber sangre en las aguas.
El cuarto ángel derrama su copa sobre el sol y este se torna aún más
caliente al punto que las personas se queman a causa del gran calor que cae
sobre la tierra. El resultado de esto es que las personas blasfeman el nombre
de Dios que tiene poder sobre estas plagas. Notemos que esta plaga del calentamiento del sol no se encuentra
entre las 10 plagas de Egipto. El quinto ángel derrama su copa y la
tierra entera se cubre de tinieblas. Antes maldecían a Dios por el intenso
calor del sol, y ahora
le maldicen porque
hay sobre la tierra una densa
oscuridad. El equivalente de esta plaga en Egipto la encontramos en Éxodo 10:21.
Ahora viene el sexto ángel
y derrama su copa sobre
el río Éufrates y causa que este se seque. Al secarse este río, dice el texto
que se abre el camino para que puedan cruzarlo los reyes de oriente. ¿Qué significa
esto y quiénes son los reyes de oriente? Esta plaga desata lo que se llama el Armagedón. Esta palabra proviene
del nombre de un valle que
existe en palestina que se llama el valle de Meguido. En este valle se libraron grandes batallas entre los israelitas y reyes paganos que reunieron a sus ejércitos para destruir a Israel. Los dispensacionalistas
enseñan que este lugar será el escenario de la última
gran batalla entre
Israel y
las naciones reunidas bajo el anticristo. Sin embargo creemos que esta no es la
mejor interpretación de esta profecía. Entendemos que esta batalla, como ha
sido todo el estilo de este libro, es una de naturaleza simbólica.
Israel no derrotó a sus enemigos en este valle de Meguido por el poder de su ejército, sino que fe Jehová Dios quien intervino de forma sobrenatural y destruyó a estos ejércitos
que representan a las naciones paganas y sus gobiernos que han
perseguido y oprimido a los hijos de
Dios. Vemos que no solamente aparecen
los reyes de oriente, sino también los gobiernos y monarcas del mundo entero.
Quien reúne a este gran ejército
es el dragón (Satanás), la bestia y el falso
profeta. Ya vimos
que la bestia y el falso profeta
representan los gobiernos humanos y la religión
falsa de engaño
que mantiene cautivos
a los seres humanos que no son de Cristo. Lo que nos revela esta visión es la confrontación final entre
estos poderes del mal en contra del Cordero en el “gran
día del Dios Todopoderoso”.
Hay una advertencia en este versículo 15 del capítulo 16. Jesús dice, “He aquí yo vengo como ladrón.
Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas para que no ande desnudo y vean su vergüenza.” La vestimenta que habla aquí es la de la justicia de Cristo. Andar desnudo
significa andar sin la justicia
de Cristo que cubre nuestro
pecado y nos presenta justo ante Dios. Jesús habló
en una parábola acerca del que fue a las bodas sin estar vestido (Mt. 22:11) y
fue echado fuera. Al igual que la advertencia de las 10 vírgenes en Mateo 25,
va dirigida a aquellos que no tengan a Cristo ni su justicia para el día del juicio.
Finalmente el séptimo
ángel derramó su copa y se desatan cataclismos
terribles jamás vistos en la historia de la humanidad. Esto causa la destrucción de la gran ciudad de Babilonia que
representa el sistema del mundo que llega a su fin y recibe su justo castigo
por parte de Dios. Esta plaga
termina con un fuerte y enorme granizo que azota
a toda la tierra, pero los habitantes de la tierra, cuyos corazones no tienen
ninguna oportunidad de redención, maldicen y blasfeman el nombre de Dios porque
la plaga resulta devastadora y destructiva. Ya
en Apocalipsis 8:5, cuando
se nos habla de la séptima trompeta, pudimos
ver esta misma escena, lo cual confirma que esta visión de las siete
copas corresponde a la visión anterior de las siete trompetas.
Preguntas de Repaso
1. ¿Por qué este capítulo vuelve a repetir los juicios de
Dios sobre la tierra?
2. ¿Cuál es la condición de los santos del Altísimo en
el cielo?
3. ¿Por qué la gloria de Dios se manifiesta en el templo
celestial cuando los ángeles salen a derramar las plagas?
4. ¿Qué significado tiene la sexta plaga que causa que el
río Éufrates se seque?
5. ¿Hacia quienes va dirigida la advertencia de Jesús en
Apocalipsis 16:15?
6. ¿Qué ocurre cuando el séptimo ángel derrama su copa?
7. ¿Qué hacen los impíos en la tierra cuando estas plagas
caen sobre ellos? ¿Por qué?
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