LOS CONFLICTOS DE LA NUEVA GENERACIÓN
El largo viaje por Edom
El pueblo de Dios intentó tomar un atajo a través de la tierra de Edom, pero los edomitas no se lo permitieron. Edom es otro nombre para Esaú, el hermano mellizo de Jacob. Era el primogénito de los mellizos, y como el primogénito, debía haber tenido la herencia. Pero el propósito de Dios era con Jacob, el segundo. Esaú fue llamado Edom, (que significa “Rojo, Rojizo”) después de haber hecho un trueque con Jacob, y de haberle vendido su primogenitura a cambio del potaje. La palabra Edom procede de la misma raíz que Adán, “mostrar rojizo, rosado”. Pablo nos dice que el hombre natural “no recibe las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son locura”. Edom forzó al pueblo de Dios a dar una larga vuelta alrededor de sus fronteras. La naturaleza de Adán se vuelve cada vez más corrupta. La mente natural no está sujeta a la ley de Dios, “ni tampoco puede”.
Finalmente rodean la tierra de Edom y cruzan por el arroyo de Zered. “Zered” significa “tener un crecimiento exuberante”. De alguna forma es un punto clave en los viajes de la nueva generación. “Y los días que anduvimos de Cadesbarnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered, fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.” (Deut. 2:14). Conflicto con Moab
Dios no dejó que Israel atacara a Moab, como tampoco dejó que atacaran a Edom. Pero la presencia del pueblo de Dios morando tan cerca de sus fronteras lleno a los moabitas de gran temor y contrataron a Balaam el mago para que viniera y maldijera al pueblo de Dios. El conflicto de Israel la mayor parte de su vida en el desierto, era un conflicto con su propio corazón. Pero ahora que el pueblo de Dios comenzaba a emerger del desierto, surge un nuevo conflicto, un conflicto con los falsos dioses y con los espíritus malos. Estamos en este día ahora mismo. Lo que una vez fue solo un ataque humano, una guerra de razones, un ataque de la carne, se esta convirtiendo con gran velocidad en una guerra contra espíritus. Los espíritus malos estan asumiendo el control de muchas áreas de la sociedad y de la Iglesia, y el pueblo de Dios está encontrando cada vez más difícil saber lo que está bien y lo que está mal. Hoy es el día en que estas fuerzas demoníacas, que un día operaron en Oriente (gurus, curanderos, etc.) están comenzando a tomar posiciones fuertes en la Iglesia; y los cristianos somos completamente inconscientes de ello porque viene vestido en un lenguaje “cristiano”. Cuando el pueblo de Dios es engañado y llega a la conclusión de que el Reino de Dios corresponde al poder y a la autoridad sobre los recursos de este mundo, sobre sus gobiernos, sobres sus fuerzas económicas y políticas.... cuando se presenta al Reino de Dios como sinónimo del éxito, de la prosperidad y de la riqueza... en ese momento y en ese lugar Satanás encuentra una tierra fértil en la que plantar semillas de engaño. Hasta la salud física puede ser una cosa engañosa si usamos poderes cuestionables para obtenerla. ¿Qué razón podría tener Satanás para negarnos la salud física si usamos métodos satánicos para obtenerla? ¿Es una sanidad genuina que Satanás aparte su ataque de nuestro cuerpo, si puede retener el control de nuestro espíritu? ¿Sería en realidad, una sanidad genuina? El alivio del dolor y el librarnos de ciertas aflicciones físicas se ha asociado por mucho tiempo con prácticas de ocultismo. ¿Es sanidad? ¡No! Solo es un sedante que el enemigo imparte para poder tomar control de las mentes y espíritus de la gente.
Nuestro Señor Jehová declara, “Yo soy Jehová, Tú sanador”, y esta es la herencia del pueblo de Dios. Pero es una promesa de pacto y para su apropiación, Dios requiere un pueblo obediente, y guardador del pacto. El hecho de que la generación presente de la iglesia esté afligida igualmente con el pueblo del mundo es una buena prueba de que no hemos caminado en relación de pacto con nuestro Dios. La verdad se ha pervertido de tal forma que si encontramos riquezas, salud, prosperidad y felicidad, los medios para obtener todo eso no tienen importancia para la mayoría de la gente. Si los resultados son “buenos”, esa debe ser la prueba de que los métodos son de Dios.
Dios nos guarde de encontrar ganancia sin piedad, sanidad física sin sanidad espiritual, prosperidad al hombre natural sin prosperidad para el espiritual, paz de mente sin la paz de Dios. ¿Produce esto inquietud a los que creen que cualquier cosa que produzca felicidad paz, y bendición tiene que ser obligatoriamente de Dios? Espero que produzca inquietud. Porque la verdadera bendición no tiene nada que ver con todo eso. La enseñanza de Cristo respecto del Reino de Dios habla al respecto:
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” (Mateo 5:38) La Doctrina de Balaam
Lo más inquietante del conflicto de Israel con Moab, y con Balaam el mago, es esto: Dios no va a dejar que ningún encantamiento del falso profeta alcance al pueblo de Dios, y sin embargo, Balaam tendrá lo que quiera por medio del engaño y del fraude:
“Porque contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel. Como ahora será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios!” (Núm. 23:23).
PERO...el pueblo que no podía ser maldito por los encantamientos de Balaam, fue atraído y engañado por sus enseñanzas. Balaam animó al rey de Moab a fraternizar con el pueblo de Dios, e invitarles a una de sus veladas. El pueblo de Dios fue atrapado por los dioses de Moab; por medio del “consejo de Balaam”, vino una gran plaga sobre la congregación de Israel. (Lee Núm. 31:16).
“Moraba Israel en Sitim, y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses...” (Núm. 25:12). La palabra “ellas” es femenina en Hebreo, y se refiere de nuevo a las hijas de Moab. Veinticuatro mil hombres valientes de la nueva generación cayeron bajo las astucias de las hijas de Moab, y perecieron en los juicios de Dios, cuando Dios se levantó para vengarse de todo hombre que había sido seducido para adorar a BaalPeor, la deidad moabita.
¿Quién es Baal, el dios de los moabitas?
BaalPeor era la deidad moabita que era adorada en el Monte Peor mediante toda clase de ritos inmorales. De acuerdo con los descubrimientos arqueológicos e históricos, Baal era considerado el dios de la fertilidad, del campo, el dios de la agricultura, del incremento... el dios de la prosperidad. El culto era desenfrenado en Canaán y a lo largo de su historia, el pueblo de Dios cayó víctima de la atracción de la adoración a Baal. La adoración a Baal era conducida por sacerdotes en los templos de
Baal, o fuera, o bien en ciertos “lugares altos” en la tierra. Sus rituales incluían sacrificios de animales, juntos con danzas sensuales y prácticas inmorales. La deidad femenina asociada a este rito era Astoret.... se practicaba toda clase de inmoralidad. Había prostitución femenina y masculina, todo ello asociado con la adoración en el templo. Este culto estaba muy extendido en Canaán y cuando Israel no exterminó completamente a las siete naciones abominables de Canaán (como Dios se lo había ordenado), pronto sucumbieron a las sutiles atracciones de esta clase de adoración; lo cual se convirtió en una maldición en medio de ellos, y en un gran dolor para el corazón de Dios a lo largo de la mayor parte de su historia.
No es difícil ver hoy en la tierra, no solo una gran similitud con lo que tuvieron en el antiguo Canaán, sino casi una reproducción de los mismos ritos y prácticas licenciosos que tenían entonces. Podemos esperar cosas como estas en el mundo que nos rodea, puesto que Jesús dijo que sería como en los días de Sodoma. Pero poco a poco, la doctrina de Balaam está siendo incorporada a la doctrina de la iglesia. Todo comienza con una adoración declarada al “Dios de la prosperidad y felicidad”... el dios que da el éxito, los logros, la ganancia, las riquezas, la felicidad. ¿Qué tiene todo esto que ver con la inmoralidad y con la permisividad? Mucho. ¿Cuáles fueron los principales pecados de Sodoma? ¿Cuál fue el pecado básico de Sodoma? Dios define las causas con mucha claridad. Dice que fue “SOBERBIA, SACIEDAD DE PAN Y ABUNDANCIA DE OCIOSIDAD...” (Ezequiel 16:49).
Fue su alto standard de vida lo que les llevó a todas las otras cosas que nosotros asociamos particularmente con Sodoma. Y no es ninguna sorpresa que en nuestra tierra, donde tenemos tal riqueza y abundancia, estemos cosechando una cosecha tan enorme de inmoralidad, permisividad, adulterio, divorcio, infidelidad, etc. No sólo ahí fuera, en el mundo, sino aquí mismo, en la Iglesia. Y no sólo eso, sino que todo el tiempo estamos cosechando una cosecha tal, que las semillas que ha producido dicha cosecha continúan siendo sembradas por muchos hombres desde los púlpitos, hombres que presentan el éxito, la prosperidad y la felicidad como el fruto de la fe, como el fruto de todo logro cristiano.
La verdadera tragedia no es sólo el hecho de que la gente de la Iglesia se esté volviendo tan inmoral como el mundo que la rodea. La tragedia es que los espíritus de Baal estén involucrándose activamente bajo esta clase de enseñanza seductora, mientras que el pueblo de Dios es absolutamente inconsciente de ello.
Dios tiene una controversia con esta iglesia de Pérgamo que se conforma al mundo, y que mora donde Satanás tiene su trono. Él va a purgar la “doctrina de Balaam” (que promociona la adoración de Baal entre el pueblo de dios) de en medio de nosotros, no con la lanza de Finees, como en el día de Moisés, sino con “la espada aguda de dos filos que sale de Su boca.” (Apocalipsis 2:214) Conflicto con Sehón y Og
“Levantaos, salid y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón, rey de Hesbón,. Amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión. Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales también oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.” (Deut. 2:24 25)
Al cruzar Arnón, entraron por vez primera en las fronteras de su herencia. “Arnon” significa “arroyo corriente” y procede de una raíz que significa “gritar (de gozo)”. Aquí es donde comenzarían a poseer la Tierra que Dios les había prometido. Era tan solo un comienzo.... De hecho, un comienzo muy pequeño. La verdadera medida de su herencia se hallaba cruzando el Jordán. Pero algunos estaban preparados para establecerse en esta tierra y no desearon proseguir hacia delante.
La herencia de Rubén. Gad y la mitad de Manasés
Cuando estas tribus vieron la fertilidad y la abundancia de la tierra que habían tomado de Og y de Sihón, pronto quisieron reclamarla para establecerse en ella. Vinieron a Moisés y le dijeron, “Si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos por heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.” (Núm. 32:5). En un principio Moisés se enfadó con ellos por su aparente deseo de no seguir adelante en la conquista de Canaán. Pero cuando prometieron a Moisés que “pelearían” en la batalla contra los canaanitas hasta que el resto de las tribus hubieran recibido su herencia, Moisés cedió. Ordenó a Eleazar el sacerdote y a Josué, el nuevo líder, que concedieran su petición a estas tribus, siempre que fueran fieles en ayudar a sus hermanos a entrar a poseer la herencia de ellos al oeste del Jordán. No debemos condenar a los que desean establecer su campamento en las orillas orientales del Jordán. Sabemos que la herencia que tienen en ese lugar es una herencia parcial y muy limitada. No obstante, es el comienzo de la fertilidad. Si algunos encuentran verdadero deleite y satisfacción aquí, ¿Quiénes somos nosotros para acusarles de fracaso... o de desobediencia? Cuando miramos a nuestro alrededor podemos ver a mucho pueblo de Dios que encuentra gozo y deleite en los pastos de Galaad, y a veces podemos incluso sentir envidia de ellos. Han hallado el deseo de su corazón. Están felices y contentos exactamente donde se han asentado. Y Dios les está bendiciendo abundantemente. Llevan mucho fruto en el ministerio y servicio del Señor. Tienen muchos rebaños y ganado. ¿Por qué no podemos ser como ellos? El hecho es que la visión que Dios ha implantado, y la esperanza que arde en nuestro interior no nos dejarán establecernos en los llanos al este del Jordán. Sabemos que hay más, mucho más de lo que podemos ver aquí. No es que seamos desagradecidos, o que estemos insatisfechos o disgustados... como puede que piensen algunos. ¿Qué le pasó a Abraham? Estaba morando en Hebrón, la parte selecta de Canaán. ¿Por qué insistía todo el tiempo en que era “peregrino y extranjero” en la tierra? ¿Es que no estás en casa, Abraham? Abraham jamás podía sentirse como “en casa” porque al ir adelante en su conocimiento del SEÑOR, y al tocar el corazón de Dios, se había hecho plenamente consciente de que había algo mejor, algo más duradero, que un hermoso país como el que había descubierto en Hebrón. Esto es lo que el Espíritu reveló al apóstol Pablo. Si Abraham era un “extranjero y peregrino” en la tierra, estaba declarando abiertamente que buscaba un “país mejor”... él “esperaba la Ciudad que tiene fundamentos, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios”. (Heb. 11:10.16). Tu anhelo de cosas mejores, cosas que satisfagan realmente, cosas más duraderas, corresponde directamente a tu caminar de obediencia ante el SEÑOR. En la medida que Dios te haya capacitado para caminar en obediencia ante Él, en la misma medida Él ha podido acercarse a ti, caminar contigo y hacerte más y más consciente de ese gran anhelo que Él tiene en Su corazón, de hacer de tu corazón su HOGAR permanente. Lo que Él ha revelado y lo que Él ha dado, reconoces que es bueno y maravilloso. Pero lo que Él HA LLEGADO A SER para ti, significa mucho más que Sus dones. Y la gloria de Su Ser, Su carácter, Su naturaleza, Su amor, Su Verdad... todo ello refleja más y más de esa herencia al otro lado del Jordán, lo que tu corazón anhela, y lo que desea tu espíritu. Y aunque en un tiempo puede que nos hayamos gloriado en lo que ÉL HIZO por nosotros, ahora nos gloriamos mucho más en lo que ËL ES para nosotros. Puede que durante un tiempo, ser USADOS por Dios fuera algo
tremendo para nosotros; pero ahora solo deseamos CAMINAR con Él. En un tiempo, se trataba sobre todo de mucho servicio, mucha actividad, mucho ministerio, lo que nos llenaba con un sentimiento de gratificación y de satisfacción. Sin embargo, ahora encontramos nuestro deleite en esa relación permanente con Él; y si esto no fuera así todavía en nuestra experiencia propia, no obstante seguiría siendo nuestra esperanza permanente y constante.
Si no conocemos la diferencia entre el servicio y la relación, quizás deberíamos pedir al Señor que probara los motivos de nuestros corazones.
¿Será suficiente caminar con Él y conocer Su voz? ¿O tenemos aún ese deseo incómodo de que nuestro ministerio se queda atrás, y que nosotros nos estamos volviendo cada vez menos activos en nuestro servicio a Él , que de alguna manera estamos perdiendo terreno? ¿Era Jesús más espiritual cuando sanaba a los enfermos y levantaba a los muertos que cuando afirmó Su rostro para ir a Jerusalén y pasar por el viejo y gastado camino hacia el Gólgota? ¿No era todo igual para Él, saber que en cualquier caso estaba simplemente haciendo la voluntad de Dios?
“He aquí, que vengo oh Dios, para hacer Tú voluntad”
“Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y que acabe Su obra...”
Nueva expectativa en los llanos de Moab
Al tomar Rubén, Gad, y la media tribu de Manasés su herencia en el lado oriental del Jordán, debieron haber sentido una cierta satisfacción al conocer que Dios había sido fiel en darles los deseos de su corazón
Su parte en cualquier conquista futura no agrandaría sus fronteras de ninguna manera, éso era parte del trato que habían hecho con Moisés. Cuando terminara la batalla, regresarían a los hermosos llanos de Galaad, y establecerían allí sus hogares. En las batallas futuras, en las conquistas futuras, su mirada siempre sería hacia atrás.
Pero con las otras nueve tribus y media de Israel, había expectativa y esperanza de algo que no tenían en los llanos de Galaad. Su esperanza era una esperanza viva en cada conquista que lograran. “Porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.” (Rom. 8:2425).
Las nueve tribus y media pertenecían al lado occidental del Jordán. Se inclinaban ante nuevas conquistas, nuevas áreas de triunfo enDios, nuevas exploraciones en la Tierra de la Promesa: nuevas alturas, nuevos ensanches, y nuevos alientos qué apropiarse en Dios. Es la mirada hacia delante, la mirada hacia arriba que nos anima hacia delante. Todavía no hemos llegado al Reposo, y a la herencia que Dios ha prometido. Todavía quedaba mucha tierra por poseer.
La Conquista de Canaán se hace cada vez más difícil
En cada demora que experimentamos por causa del fracaso humano en la conquista de nuestra herencia, la tarea se hace cada vez más difícil. Cada vez que Dios se mueve poderosamente por Su Espíritu, y que el pueblo de Dios, por una razón u otra, es derrotado y devuelto al desierto, el siguiente intento de conquistar la tierra parece ser más y más remoto. Pero hay un principio en Dios, un principio que hemos enfatizado una y otra vez, y es éste: Cuando Dios ha enviado Su Palabra a la tierra en cuanto a Sus propósitos para Su pueblo, ÉL NO TOMARÁ ESA PALABRA sin cumplirla, sin acabarla, sin completarla. Esa Palabra permanecerá en la tierra hasta
que haya cumplido el deseo de Su corazón. “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi Palabra que sale de Mi boca: No volverá a Mí vacía sino que hará lo que Yo quiero y será prosperada en aquello para que la envié.” (Isaías 55:1011)
Puede que algunos confiesen que Dios ha considerado adecuado tomar Su Palabra porque hemos llegado al final y ya es demasiado tarde para que Dios haga lo que había planeado. Puede que algunos confiesen que no hay nada que esperar sino una repentina eliminación de la Iglesia de sobre la faz de la tierra... como un granjero al cosechar sus campos verdes de trigo y enfrentarse a una terrible tormenta en camino. Al menos, entonces tendría forraje para sus ganados. Pero nuestra confesión es una esperanza viva
Confesamos que Su Palabra está en la tierra referente a una cosecha madura que viene, y que será completa, que será como la buena Semilla que fue plantada: al treinta, al sesenta y parte de ella, AL CIENTO POR UNO... Confesamos que escuchamos la Palabra, y por tanto la hablamos.
Confesamos que tenemos una esperanza viva de que Su Iglesia se convertirá aún en una “Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga o tacha ni cosa semejante...”
Confesamos que el Señor ha retrasado Su venida, tal y como Él insinuó que podría tener que hacer, y que con “gran paciencia”, Él ha esperado “el precioso fruto de la tierra”, y que el Día de la Cosecha está ahora muy cerca...
Confesamos que el Juez ahora está a las puertas, para purgar Su iglesia, y después juzgar al mundo...
Confesamos que el padre de familia está contratando obreros para el campo... y que en breve recogerán la cosecha en los campos, que están madurando rápidamente.... y que muy pronto dirá a los obreros: “Mete la hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura” (Apoc. 14:15). Fíjate que la palabra “maduro” en este pasaje procede de la palabra que significa “más que maduro, seco, maduro, secado.” ¿Es así como te sientes algunas veces? No creas que es extraño; en el día de la Cosecha, los campos de grano tienen que estar muy secos, para que puedan ser trillados, y la paja separada.
Si, va a ser cada vez más difícil para Dios llevar a Su pueblo a la herencia; Ahora es más difícil que en cualquier otro momento en la historia de la Iglesia. Esto significa simplemente que el Dios que prometió tiene que dar mayor y mayor gracia, y más y más de Su Gloria, para cumplir la tarea.
En un escrito previo (“Alimenta a Mis corderos”) tratamos en cierta manera con las inundaciones del Jordán en el episodio del cruce del río por parte de Israel hacia Canaán... Dios cada vez haciendo más difícil su entrada en la Tierra. Mencionamos como los sacerdotes llevaban el Arca del Pacto sobre sus hombros y abrían el camino; como metieron sus pies en las aguas y vieron como las aguas se paraban delante de sus ojos; y como permanecieron con el Arca en el centro del río mientras que el pueblo de Dios lo atravesaba. Hablamos de su acampada en el lado occidental del río, preparándose para el ataque de Jericó; y de la circuncisión de la nueva generación en los llanos de Gilgal, y como Dios le ponía las cosas cada vez más difíciles a la nueva generación, incapacitada frente a sus enemigos. Encima de esto, Moisés acababa de morir; el hombre que tenía la autoridad para el liderazgo, y que era el experto para la
batalla. En todo el camino por el que el Señor guió a la nueva generación, podemos ver una apariencia de éxito cada vez menor en la futura conquista de la Tierra. Todo estaba en contra de ellos. Debilitados por los ardides de las hijas de Moab y sus fuerzas diezmadas por la ira de Dios, después de destruir a 24.000 hombres, y después, en Gilgal, quedándose completamente inválidos delante de sus enemigos. De cualquier forma, ¿Qué estaba haciendo Dios? Estaba haciendo que fuera absolutamente imposible que ellos obtuvieran la promesa A NO SER MEDIANTE UNA MANIFESTACIÓN PODEROSA Y MILAGROSA DE SU PROPIO PODER, GRACIA Y GLORIA. Sólo Él había de ser glorificado delante de la nación escogida; y sólo Él había de ser glorificado a la vista de las naciones impías de la tierra.
Cuando vemos y entendemos lo celoso que es nuestro Dios de la Gloria de Su gran Nombre, estas cosas de las que estamos hablando no deberían ser consideradas como una enseñanza distante... algo que podemos dejar a un lado como completamente irrelevante al propósito de Dios en este momento. Es en un día y hora como los de hoy, en que la apostasía está tan extendida, y el Nombre de nuestro Señor está siendo blasfemado entre las naciones, que podemos esperar y anticipar que el Dios celoso se levante y vindique Su gran Nombre en medio de un remanente piadoso, conquistador y santo, en la tierra.
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