viernes, 24 de marzo de 2017

Estudio #21: El jinete del caballo blanco Apocalipsis capítulo 19:11-21

Estudio #21: El jinete del caballo blanco

Apocalipsis capítulo 19:11-21


I. Introducción
En esta visión Juan ve descender del cielo a Jesucristo con el fin de dar la derrota final a sus enemigos. Juan lo ve descender como un guerrero que viene con sus ejércitos, con su espada en la mano y sus ojos como llamas de fuego, es decir, viene con ira sobre la tierra. La visión nos presenta a un Cristo victorioso, que como un general que ya ha vencido, entra triunfalmente a la ciudad conquistada para acabar con lo que queda.

En esta visión, tenemos una descripción de Jesucristo muy distinta a la que vemos en los Evangelios; un Cristo manso, que vino a predicar y a dar su vida en sacrificio. Un Jesús a quien menosprecian las personas, lo escupen, lo golpean, lo vituperan. La razón es que en su primera venida Cristo vino como cordero para ser llevado al matadero. Pero en su segunda venida la cosa es muy distinta. Jesús viene como juez, como guerrero, como aquél que viene a poner a sus enemigos por estrado de sus pies. En ese momento no habrá ya misericordia para los impíos, no habrá perdón; es tiempo de dar retribución y castigo a los malvados.

II.  La descripción de Cristo
El apóstol Juan nos da aquí en estos versículos una descripción bastante detallada del jinete que desciende del cielo. Estos detalles son importantes porque expresan las cualidades y atributos de ese Cristo que fue exaltado hasta lo sumo y se le dio un nombre que es sobre todo nombre.

Primero, Jesús viene sobre un caballo blanco que representa pureza y santidad. Pero el caballo también es símbolo de realeza, de poder y majestad. Él entró a Jerusalén al principio, pero no en un caballo, sino en un pollino de asna. Representaba bajeza, un esclavo. Lo hizo así entonces porque vino a dar su vida a morir por nuestros pecados. Pero ahora en su segunda venida desciende en un corcel o caballo blanco. La imagen es totalmente opuesta a la anterior.


Su nombre es Fiel y Verdadero; es decir, que viene como aquél que ha sido fiel al Padre, pero también fiel a los suyos. Es verdadero porque él es el Camino y la Verdad; toda su palabra es verdad y justicia. Como dijimos, viene como juez a impartir justicia y a pelear contra sus enemigos. Las diademas en su cabeza representan su autoridad y su señorío. No nos dice la cantidad de diademas, pero son muchas; es decir, que a diferencia de las diademas de las bestias que hemos estudiado, las de Jesús le superan en número.

En el versículo 13 nos dice que su ropa estaba teñida en sangre.
¿Cuál es esta sangre? No es la sangre de la cruz, sino la sangre de sus enemigos. La visión es impresionante, es como un guerrero que ha estado en el campo de batalla y viene con su ropa ensangrentada con la sangre de aquellos que ha matado con su espada. Recordemos que esta es una imagen simbólica y representa la victoria de Cristo sobre todos sus adversarios. Tiene escrito un nombre que solo él conoce su significado: El verbo de Dios. Así le llama Juan en su evangelio (Jn. 1:1). Los teólogos aún investigan por qué a Cristo se le llama el Verbo de Dios. Verbo significa más que la palabra, significa acción, lo que se ejecuta. Implica que Dios actúa y ejecuta su voluntad por medio de Cristo, su Hijo.

Jesús no viene solo. En su segunda venida viene acompañado de millares de ángeles. Estos vienen vestidos con vestiduras blancas de lino finísimo, lo cual representa también su santidad y pureza. De su boca sale una espada muy afilada. ¿Qué representa esta espada? En otras partes del Nuevo Testamento la espada representaba el evangelio o la Palabra de Dios. Pero aquí en el contexto es símbolo de destrucción y de juicio. Con ella viene a herir a las naciones y a regirlas con vara de hierro. Sobre su muslo tiene otra inscripción que lee: “Rey de reyes y Señor de señores”. Esto representa por supuesto, la posición de autoridad y poder que el Padre le ha dado.

III.  El apresamiento de la bestia y el falso profeta.

Habíamos visto anteriormente que la bestia y el falso profeta reunieron a las naciones en la batalla de Armagedón. Esto simbólicamente representa el ataque final del poder anticristiano contra la iglesia y la victoria de Cristo sobre ese ejército. No debemos pensar en una batalla literal y prolongada. Estos enemigos serán vencidos instantáneamente con el resplandor de la venida de Cristo (2 Tes. 2:8).


El apóstol ve a todo el mundo congregado, unido contra Cristo y contra su iglesia como un gran ejército preparado para la batalla; pero esta es una batalla espiritual no material.

Algunos intérpretes han especulado mucho con relación a estas batallas que describe Apocalipsis y han enseñado que se trata de guerras literales con tanques y aviones. No olvidemos la naturaleza simbólica de este libro. No podemos identificar aquí guerras contra los rusos o los chinos y cosas semejantes. Esta es la guerra espiritual donde Satanás usa a las naciones y al mundo impío en contra de la iglesia de Cristo y en contra de Dios. Pero es una guerra que aunque implicará persecución y sufrimiento por un tiempo, Satanás la tiene perdida porque ya ha sido derrotado en la cruz.

Aquí se convoca a una gran cena, pero no podemos confundir esta cena con la de las bodas del Cordero. Esta cena es para comer carne de reyes, de capitanes y de fuertes, y de todos, tanto de esclavos, como de libres. Esta cena es convocada por un ángel que llama a las aves desde el sol. Todo esto es simbólico. El ángel convoca a todos los ángeles y la cena lo que representa es el juicio de Dios para acabar con todo ese ejército del mundo, sus autoridades terrenales y aún los que han servido a la bestia y al falso profeta.

Ha llegado el fin del sistema anticristiano del mundo, tanto político como religioso. Esta bestia es apresada, es decir, es capturada por los ejércitos celestiales, al igual que el falso profeta. Esto representa el juicio final donde toda rodilla se doblará, todo poder y autoridad del mundo será suprimida. Todo será colocado bajo los pies de Cristo. Esto culmina con el juicio final donde cada uno recibirá según sus obras. Más adelante veremos otra visión de este juicio donde los impíos serán lanzados al lago de fuego y azufre, es decir, al tormento de la separación eterna de Dios.

He aquí el final del dominio y poder de los enemigos de Dios. Está establecido que algún día todos aquellos que desobedecieron a Dios y rechazaron a Cristo, serán juzgados, incluyendo al mismo Satanás. El final no será la aniquilación o destrucción de la existencia, como enseñan algunas sectas, sino una eternidad de tormento, de separación completa de Dios (Apoc. 20:10). Sin embargo, los que estén inscritos en el Libro de la Vida del Cordero porque creyeron en Jesucristo y fueron justificados, gozarán eternamente de paz, gozo y bendición junto a la


presencia del Señor por los siglos de los siglos. Esa seguridad solo la podemos tener si hemos sido lavados con la sangre de Jesucristo, pues en él está la vida eterna.

Preeguntas de Repaso


1.  ¿Cómo se nos presenta a Cristo en esta visión de su venida?
2.  ¿Qué significado tiene el caballo blanco sobre el cual está sentado Cristo?
3.  ¿Por qué su nombre es fiel y verdadero?
4.  ¿Con quiénes viene Jesús acompañado en su venida?
5.  ¿Qué significado tiene aquí la espada que tiene Jesús en su mano?
6.  ¿Qué significado tiene esta batalla entre Jesús y la bestia y el falso profeta?
7.  ¿Cuál es el propósito de esta cena para comer la carne de los enemigos del Cordero?
8.  ¿Cómo llega a su final el poder del sistema   anticristiano?

9.  ¿Qué sucederá con aquellos cuyo nombre estén inscritos en el libro de la vida?

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